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Tal vez JiMin jamás tendrá suficiente de JungKook, no cuando se trata de sexo salvaje. Sucedió lo que era predecible; ambos se volvieron completamente adictos y les era muy difícil conciliar la idea de una vida separados. Ahora se venía la parte más complicada que les tocaría enfrentar; Zeus. El pelinegro desconoce cuáles puedan ser las verdaderas intenciones de éste. Después de lo que sucedió hacía unas horas, no se sentía muy seguro de confiar en él. Y es que suele ser bastante impredecible con sus acciones que ya no sabe qué esperar. Sólo pudo advertirle a JiMin de lo que sea que pueda pasar en el Olimpo en cuanto lleguen frente a los demás Dioses.

El rubio, por otro lado, no está muy convencido de ir con JungKook, pero tiene el presentimiento de que si no lo hace será mucho peor. Así que no tiene más opciones, lo que le causa curiosidad es ¿cómo subirán? Su mente ha creado distintos escenarios, pero todo parece bastante irreal. Ni siquiera puede creer que viajará a ese lugar que para todos los humanos es una fantasía. ¿Será que está soñando? Y si es así ha sido demasiado largo. Como sea, ahora está a punto de descubrirlo; JungKook le ha pedido que suba a su espalda y que se sujete con fuerza. Realmente nunca se ha tele transportado con un humano, no sabe cuáles pueden ser las consecuencias de esto o si en algún punto puede soltar a JiMin por la fuerza con la que ejecuta. Es algo que no le gustaría platicar con él en este momento, pero ya es demasiado tarde; su pequeño le ha leído la mente.

—Tengo miedo, JungKookie— expresó al tiempo que enterraba su rostro en cuello del pelinegro.

—No te preocupes— consoló— Confía en mí.

El rubio sólo tarareo un asentimiento y se aferró con fuerza a su escondite. Fue increíble como en un abrir y cerrar de ojos habían aparecido en aquel lugar, sin embargo, JiMin se dejó caer en el suelo vomitando en el proceso. JungKook se acercó a él para sostenerlo de los hombros y para recoger su cabello, algo que le causó un pequeño deja vú.

—Me parece que siempre te veré en situaciones como esta— se burló.

—Otro comentario como ese y te quedarás sin sexo por una semana— amenazó.

El pelinegro soltó una carcajada y ayudó al chico a ponerse de pie. Fue hasta ese instante en el que éste se dio cuenta del lugar en donde estaban; frente a él había unas rejas enormes de color dorado que brillaban intensamente. En la parte de arriba tenían unas letras extrañas, quizá estaban en griego. Miró a su alrededor observando cómo había varias nubes a su alrededor y ese cielo tan azul como nunca en su vida lo había visto. Era un lugar muy hermoso, incluso mejor de como lo pintan en los libros. Es difícil de creer que esté aquí y que de verdad existe. Ahora entiende que cuando JungKook le prometió llevarlo al cielo lo decía enserió.

Se acercaron a la entrada y enseguida las puertas se abrieron. Continuaron con su camino mientras iban tomados de la mano. Cuando pasaron el gran portón, JungKook volvió a su forma de Dios sin que ninguno le prestara atención a eso. Enseguida acapararon las miradas de los querubines que iban pasando por ahí, además de los Dioses secundarios y los mensajeros. Nunca antes habían visto a un humano tan de cerca, pero aún más curioso, nunca vieron a uno el Olimpo. JungKook, por otro lado, le recorría una gran sensación de satisfacción al poder caminar de la mano con JiMin en ese lugar. Andaban por el sendero que daba directamente a la sala Olímpica que estaba adornado de flores doradas que brillaban a ratos, el rubio no entiende cómo es que todo es dorado en ese lugar, pero sin duda lucía increíble.

Cuando llegaron, se pararon frente a una enorme puerta dorada que tenía una especia de círculo con zigzag. Esperaron un momento hasta que las puertas se abrieron lentamente. El corazón de JiMin comenzó a latir con fuerza, sus pies temblaban y se hacía miles de preguntas en la cabeza. Como era de esperarse, JungKook percibió sus inquietudes y lo sujetó con fuerza de su cintura, tomó su mano para besarla con delicadeza y le dedicó una sonrisa tranquilizadora.

Cupido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora