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Los días pasaron asquerosamente lentos. Entre el departamento y la academia de baile, JiMin no encontraba nada que lograra despejar a su mente, incluso se compró ropa nueva, pero nada fue de su agrado. Pasó esa semana contando los segundos, sin exagerar, sentado en su sillón esperando a que JungKook tocara el timbre y le dijera que tuvo que irse por alguna razón, la que sea, no importa. El rubio sólo quiere que vuelva y lo abrace fuertemente y que después le haga el amor hasta que el primer rayo de sol entre por su ventana, pero al llegar la noche y con ella el fin de un día, se acongoja en su habitación y mira por la ventana pidiéndole a la luna que le devuelva a JungKook.

Es increíble que en ningún momento pensó en SungWoon. Prácticamente ese ser estaba fuera de su sistema, ni siquiera recuerda en donde dejó el anillo de compromiso que cargaba en su dedo anular aquel día. Tal vez lo perdió en el bar. No importa. Su prioridad es encontrar a cierto pelinegro para que le explique, si es que fue una aventura de una noche, que lo deje en claro y así pueda intentar avanzar. Claro, pensar en esa posibilidad le provoca un dolor fuerte en el pecho, pero sus amigos tienen razón; no puede ilusionarse a ese grado, no cuando siente que se está lastimando demasiado.

Aunque sólo quiere verlo... el problema es que no sólo una vez.

Despertó como de costumbre, de mal humor, se preparó su desayuno y salió para distraerse un poco. Siempre que camina por las calles de Seúl, lo hace con la esperanza de encontrar a JungKook por ahí. Incluso visitó el bar donde lo conoció, pero nunca apareció. Así que había intentado continuar con sus asuntos, aunque era complicado porque todas las noches soñaba con él y se sentía demasiado real. Podía abrazarlo, recostarse con él sobre un lindo campo de flores, podía besarlo a su antojo, pero el desasosiego volvía cuando abría los ojos por las mañanas. Duele, pero es la única forma de ver a JungKook y no quiere perder eso.

Organizó su día aburrido, aunque bailar le traía un poco de calma. Para su mala suerte hoy sólo debía dar una clase, después de eso fue al centro comercial, pero nuevamente no compró nada. Recibía mensajes de sus amigos invitándolo a salir, pero les contestaba que no estaba de ánimos aún.

Caminaba por la acera rumbo a su departamento mientras revisaba los mensajes de sus padres sin estar muy consciente de donde pisaba. Lo único que quería era llegar y tumbarse en la cama para llorar y luego dormir hasta el día siguiente.

Mandó el último mensaje a su madre quien había estado inquieta después de saber que la boda se cancelaba. Intentó llevar su vista al frente cuando chocó con un cuerpo duro como una roca. Tal vez hubiese caído directo al suelo, pero unos brazos lo rodearon con fuerza de su cintura y enseguida sintió un calor que, por increíble que pareciera, sabía a quién pertenecía y su corazón se aceleró, pero a la vez tuvo miedo. No quería levantar la vista y darse cuenta de que era una ilusión suya. No, sería muy doloroso y está seguro de que estallará en llanto si no lo ve en este momento. Carajo, lo necesita mucho.

—Mi ángel.

Tal vez podría confundirse con el calor de ese cuerpo, pero no con la voz, no cuando más de una ocasión lo llamó de ese modo usando un tono aterciopelado y delicado. ¿Será que sólo se dirige así a él? Como sea, su corazón está hecho un lío e intenta controlar a su impulso que le pide que le salte encima para que lo cargue. Tal vez después, ahora sólo quiere ver esos ojos oscuros, quiere embriagarse de ellos y sentir su cariño. Quiere buscar la certeza de que esto no se va a acabar nunca.

—¿JungKookie? —habló temerosamente.

Con una manito se aferraba a la chaqueta de cuero del hombre, mientras que la otra está hecha puño. Tomando una postura completamente cautelosa, levantó la mirada yendo directamente a esos orbes oscuros donde vislumbró un destello dorado de nueva cuenta. Incluso ya parecía normal, no le asustaba creer que tenía alucinaciones, no cuando sólo veía esas cosas en JungKook. Eso lo hacía especial, único y perfecto.

Cupido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora