Capítulo 2;

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CAPÍTULO 2:


Jeong Yunho dió un suspiro largo y pesado mientras veía a Song Mingi y a Zhang Yixing mantener una postura firme al inicio de las escaleras plateadas que conducían al segundo piso del palacio.

Ambos formaban parte del escuadrón de escoltas del príncipe y futuro rey, aunque su escolta principal, quién debía estar velando por su seguridad, estaba encerrado en el otro extremo del palacio. Yunho era el consejero y mano derecha del príncipe, había sido contratado tres semanas atrás y se había dejado el alma preparando la mejor celebración de bienvenida.

Yunho tuvo qué suspender todo el evento de golpe al notar la situación, el reconocimiento de almas destinadas no era cualquier cosa y el hecho de que ambos se hayan reconocido no sabía que tan bueno era en ese momento.

Evacuar a todo el pueblo de Folklore fue una tarea difícil, no solo porque todos preguntaban sobre el príncipe y su destinado, sino porque los ojos curiosos y malicioso del consejo y el parlamento estaban sobre su espalda, Yunho ya sentía venir todo el dolor de cabeza que tendría los siguientes días.

—¡Si no me dejas ir con mi Alfa voy a saltar por la ventana! —gritó el omega con voz enojada.

El príncipe había estado gritando una y mil maneras en las que iba a romper el palacio si no le dejaban salir, era tan autoritario y convincente que Yunho por poco le creía.

Ya estaba en sus sentidos nuevamente, aunque se necesitaba mucho más para disipar por completo las sensaciones innatas de su omega, pero peor era nada, después de pasar una hora lejos para evitar que hicieran cachorros delante de todo el palacio había logrado que al menos fuera más consciente. Yunho se tomó la cabeza con ambas manos, nunca pensó que ser la mano derecha del sucesor al trono sería tan difícil en su primer día conociendolo.

—No estoy bromeando —siseó desde dentro Baekhyun.

—Afortunadamente, estamos en un segundo piso, no morirá, su alteza —dijo en respuesta.

—Voy a despedirte.

Una sonrisa salió de los labios de Yunho.

—Si usted lo dice.

—Soy el príncipe —se quejó—. No pueden retenerme aquí. ¡Es ilegal!

Una patada brusca sonó contra la puerta.

Aunque eso no fue lo que llamó la atención de Yunho, fue el sonido de la ventana siendo abierta. Abrió los ojos en grande y se acercó para entrar. Su futuro rey parecía alguien terco y bastante dispuesto a conseguir sus cometidos. Y algo le decía que iba a conseguir ir con Chanyeol a como dé lugar, lo que era bastante preocupante porque no creía tener capacidad de explicarle al parlamento la situación sin que corten su cabeza.

Yunho abrió la puerta blanca rogando porque el príncipe no hubiera saltado realmente desde la ventana.

—Oh, mi dios.

Frente a él, no solo estaba su príncipe, sino que también estaba Park Chanyeol, el jefe de seguridad de la guardia real, el guardia real oficial y el alfa destinado del príncipe Baekhyun.

Yunho sintió que necesitaba un descanso, y era su primer día sirviendo a Baekhyun.

Pero ninguno de los lobos le prestaba atención, los ojos del alfa estaban brillando en un intenso verde esmeralda mientras observaba fijamente al Omega. Sin tocarlo. Solo mirando su rostro con lentitud, como si estuviera recorriendo cada peca, cada lunar, cada pestaña que formaba el rostro del príncipe.

Reconociendo nuevamente su existencia, su esencia y esa unión entre sus almas.

—Para estar el príncipe custodiado no han hecho muy buen trabajo —señaló Chanyeol acariciando la mejilla del príncipe—. Si yo fuera otra persona, podría haber asesinado al príncipe y ustedes lo habrían permitido.

—Jefe Park —dijo Yunho en voz alta.

—Yunho —respondió informal sin dejar de mirar al Omega.

—Tienes solo 10 minutos. No puedes estar aquí.

Chanyeol tragó.

—Debo estar donde mi omega esté —rugió, pero se lamió los labios reconociendo su posición y quién era, sin embargo, en ese momento su alfa estaba tan al límite que no le importa que quién estuviera frente a él fuera el príncipe heredero—, saldré en 10 minutos, lo prometo.

Yunho los miró y sonrió triste antes de darse la vuelta y darles privacidad. Sentía una pequeña emoción brillando en su pecho, las parejas destinadas estaban tan extintas que ver ese reconocimiento en vivo se sintió como un sueño.

Sin embargo, estaban destinados a no estar juntos. El príncipe Baekhyun no podía estar con un alfa fuera de la línea real y élite. Las leyes prohíben por completo esa unión.

Y sinceramente, Yunho no creía en el amor de cuentos de hadas. Esa era la realidad de ellos.

Dentro de la habitación, alfa y omega estaban abrazados casi queriendo fundirse a sí mismos en un solo cuerpo. Chanyeol no se contuvo, tomó todo el olor que pudiera y todo el tacto que tenía para aprovechar esos 10 minutos.

—Omega —susurró Chanyeol con voz suave.

—Hazme muchos cachorros, alfa —murmuró Baekhyun alzando la mirada, sus ojos brillando intensamente en dorado y su respiración acelerada, su omega nuevamente en control.

Chanyeol tragó, su alfa queriendo poner muchos bebés dentro de su omega en ese momento.

—Park Chanyeol, su alteza —dijo Chanyeol mientras daba varios pasos atrás y reverenciaba al príncipe. Su cuerpo sintiendo dolor al dejar de tocar al Omega—. Soy el jefe de la guardia real y su escolta principal.

Los ojos de Baekhyun volvieron a la normalidad, su mente tranquila sintiendo el olor de su alfa y siendo más él mismo, iba a tener una crisis si seguía entrando y saliendo de su parte racional. Sonrió, sin embargo.

—Serás mi esposo.

—El matrimonio entre lobos de diferentes clases está prohibido, su alteza.

—No me importa —Baekhyun se acercó al alfa—. Soy el futuro rey, cambiaré la ley.

Chanyeol cerró los ojos y aspiró el aroma de su alma gemela. Olía a un delicioso caramelo con fresas.

—Con su permiso, debo retirarme, su alteza.

Baekhyun sintió un dolor tenso en su pecho, pero no era tonto ni un irresponsable. Él conocía su posición y aunque quería arrastrar al alfa a la cama y quedarse juntos siempre ahí, no podía. No en ese momento, sin embargo, nada iba a impedir que él consiguiera a su alfa.

Asintió con una sonrisa.

—Puedes retirarte.

Chanyeol tragó nuevamente y dió un paso para retirarse, pero Baekhyun jaló su brazo con rapidez y robó un casto beso de sus labios, siendo un toque efímero pero lo suficiente para hacer que el alfa se sonrojara y abriera los ojos en grande. Nuevamente, los ojos de Chanyeol brillaron en el verde de su alfa.

—Tal vez has escuchado que soy muy insistente con lo que es mío y lo que quiero lograr —dijo Baekhyun—. Serás el papá de mis bebés, no lo olvides.

—Buenas noches, su alteza.

—Podrías cambiar el "su alteza" por "mi amor", se lo permito, Jefe Park.

Chanyeol cerró los ojos. Algo le decía que el príncipe no iba a hacer las cosas fáciles. 

Monarquía; chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora