Capítulo 7:

45 12 3
                                    

CAPÍTULO 7:


Baekhyun sentía que la cabeza iba a estallarle en mínimo diez pedazos. La biblioteca del palacio era inmensa, con estanterías altas y miles de libros en los que estaba cansado de rebuscar. Demasiado cansado.

Pero sabía que el libro que estaba buscando tenía que estar en la biblioteca.

Había estado encerrado en la biblioteca desde el mediodía de ese día, no recordaba haber comido algo decente y tampoco había visto a su alfa desde entonces.

—¿Su alteza?

La voz de Yunho hizo que levantara la vista del pesado tomo gris que estaba revisando.

—Yunho —saludó con voz amable.

—Lamento interrumpir —dijo—. Tenemos una reunión programada a las 7 en punto.

Un suspiro cansado salió de los labios de Baekhyun. Otra reunión. Había tenido demasiadas reuniones en muy poco tiempo, todas para situaciones diferentes que al parecer no podían esperar.

—¿Desea que la postergue?

Sí.

—No —sonrió—. Te sigo.

Se levantó y cerró el libro, no había encontrado lo que estaba buscando y por ese día ya había sido suficiente.

Como la mayoría de reuniones, se realizaban en el salón principal y cuando llegó, ya todos estaban ahí esperando por él. Seojun, Jongdae y Choi Jongho estaban sentados en la parte izquierda de la mesa cuadrada, tres miembros del consejo. Del parlamento habían tres igualmente, Eunsul, un señor que rozaba los setenta años, Jungwoo un joven de cabello dorado y Wooseok, otro señor igual de mayor que Eunsul.

De su equipo cercano, como siempre, estaban sus tres escoltas y Yunho, su mano derecha. Se sintió más relajado de saber que no estaría en el nido de serpientes él solo.

Sonrió.

—Buenas tardes, caballeros.

—Su alteza —todos se levantaron y reverenciaban en su presencia.

Le hizo gracia la manera forzada en que los miembros del consejo y el parlamento hicieron la reverencia. No era sorpresa para nadie que ellos estaban deseando que un tren matara a Baekhyun y así no sería rey. Jungwoo y Jongho parecían ser los únicos decentes del lugar.

Tomó asiento en la cabeza de la mesa.

—Gracias por su presencia, su alteza —dijo Jongho con una sonrisa—. Es un honor por fin conocerlo.

Baekhyun conocía a todos y cada uno de los miembros del consejo, del parlamento y trabajadores del palacio. Siempre había querido ser la clase de heredero y persona que se preocupaba por las personas que le servían.

—Jongho, es un honor también para mí estar aquí y poder asumir mi cargo.

—Bien —murmuró Wooseok con voz aburrida—. El día de hoy se realiza la siguiente reunión para dar seguimiento y cumplimiento a la ley 345 del Reino Folklore. ¿La conoce, su alteza?

Un sabor amargo se derramó en su garganta antes de asentir secamente con la cabeza. Por supuesto que conocía la maldita ley: Todo heredero o heredera deberá contraer matrimonio con sangre noble. Arcaico.

—La coronación es dentro de dos meses exactos, por lo tanto, el parlamento sugiere a su alteza comenzar con la búsqueda del príncipe o duque consorte; de esa manera todos los preparativos podrán llevarse a cabo para el matrimonio y la coronación —aportó Eunsul.

—A menos, por supuesto —añadió Seojun—, que desea abdicar para no cumplir con la ley. El parlamento y el consejo harían votación de un miembro de los mismos para seguir el lineamiento real.

—Soy el heredero —dijo Baekhyun como si no fuera obvio—. Desafortunadamente, la única sangre élite que queda en el reino —chasqueó la lengua—. Sería una tragedia si Folklore se convierte en un reino sin sangre real.

No quería casarse. No al menos con un extraño por su sangre. Él quería casarse con Chanyeol, tal cuál el destino había asignado. Sin embargo, no era una opción para plantear en medio de una reunión con el consejo y el parlamento.

—Yunho se encargará de hacer un baile con la invitación exclusiva a futuros pretendientes.

—Por supuesto —anotó Jongdae.

—¿Algo más?

—Nada más que añadir, su alteza.

—Vaya, una reunión de diez minutos.

Con un asentimiento de cabeza, Baekhyun se levantó y salió de la sala de reuniones. Los pasos de otra persona detrás de él hizo su corazón temblar. El olor de Chanyeol era tan maravilloso, sin embargo, en ese momento el toque amargo inundaba toda su nariz. Claramente su alfa no iba a estar para nada feliz con la idea de los pretendientes, pero no tenía otra alternativa de momento.

Además, Baekhyun decidió que toda esa situación funcionaría a su favor. Los celos eran un arma divertida para hacer que su alfa enloqueciera.

—¿Está todo listo para el viaje del lunes? —preguntó antes de entrar a su habitación.

—Sí, su alteza.

—Bien —sonrió—. Pídele a Yunho que organice una cita con el príncipe Park.

—¿Cita? —murmuró Chanyeol apretando los dientes.

—Es cuando dos personas salen para conocerse y poder formar una relación, Chanyeol —respondió con voz inocente.

—Sé que es una cita. Y tú no irás a una cita con otro alfa.

Baekhyun sonrió. Los celos nunca fallaban.

—Eso lo veremos, alfa. 

Monarquía; chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora