Capítulo 10:

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CAPÍTULO 10:


La noche llegó rápido y con muchos gruñidos por parte de Chanyeol. Le costaba asimilar la idea de tener que ver al príncipe heredero de Folklore —que era su omega por si no había quedado claro aún— saliendo y riendo con alguien en sentido romántico, era enfermizo.

Ajustó la corbata azul que iba con su uniforme y se miró al espejo. Iba a estar durante toda la velada y asegurarse que bajo ninguna circunstancia el príncipe Park pusiera un dedo sobre Baekhyun.

Aunque el príncipe le había dado el día libre, no iba a quedarse acostado mientras su omega conseguía un posible compromiso.

Salió de la habitación que les habían asignado y se acercó a la de Baekhyun. Se detuvo en la puerta unos segundos y escuchó el suave tarareo de su voz, su dulce olor a caramelo y fresas sintiéndose llamativo. Tocó con sus nudillos tres veces en la puerta.

La puerta se abrió y Chanyeol contuvo la respiración.

Desde el segundo en el que sus ojos repararon en Baekhyun la primera vez que se vieron, sintió que se salía su corazón de lo precioso que era, sus ojos brillantes y su sonrisa capaz de iluminar una ciudad entera. Baekhyun era luz.

Sin embargo, en ese momento, mientras estaba vestido con una simple camisa blanca que descubría su cuello y clavículas, un pantalón color crema abrazaba sus piernas y sus ojos tenían un pequeño delineado negro. Era la persona más hermosa que existía.

—Su alteza —murmuró con voz ronca. Sus latidos estaban por causarle un ataque cardíaco.

—Chanyeol —sonrió Baekhyun—. Hoy es tu...

Baekhyun se vió abruptamente interrumpido cuando Chanyeol tomó su rostro y besó sus labios, dando pasos apresurados para adentrarse a la habitación.

La respiración de ambos estaba agitada, Chanyeol disfrutando del contacto y sintiendo que estaba tocando el cielo mientras besaba a Baekhyun, sus labios sintiéndose dulces y suaves al tacto.

La espalda de Baekhyun golpeó la pared cuando Chanyeol lo inclinó, sus manos atrapando las caderas del príncipe y apretandolo contra sí. Baekhyun tenía sus manos aferradas con fuerza al saco del uniforme de Chanyeol, sintiendo que todo en su cabeza daba vueltas.

—Chanyeol —repitió Baekhyun al separarse, sus jadeos sonando fuertes por la falta de aire—. Hola a ti también —murmuró con una sonrisa.

—Mi príncipe.

—¿Esta es la señal para escapar e irnos juntos a otro lugar?

—Suena tentador —murmuró Chanyeol acariciando la mejilla de Baekhyun.

—¿Ah, sí?

—Tendríamos que irnos muy lejos.

Baekhyun se encogió de hombros.

—Me gusta experimentar.

—Y no tendremos mucho dinero.

—Soy un príncipe —Baekhyun se rió—. Siempre tendré dinero.

Chanyeol sonrió y besó nuevamente a Baekhyun, ésta vez mucho más lento y suave, queriendo sentir que tenía una eternidad a su lado. Podía sentir la manera en la que su mente vislumbraba la idea de una familia, ellos dos juntos y siendo felices, unos cuantos cachorros corriendo a su alrededor.

Las manos de Chanyeol subieron por dentro de la camisa de Baekhyun, acariciando sus costillas con calma y sintiendo la suavidad de su piel.

Unos toques en la puerta hicieron que ambos se separaran con lentitud.

—Príncipe.

La voz del príncipe Seonghwa resonó en la estancia y Chanyeol rodó los ojos, antes de volver a besar a Baekhyun, esta vez en su cuello.

—Un segundo, por favor —contestó Baekhyun con voz entrecortada.

—¿Está todo bien?

—Sí —chilló Baekhyun al sentir los dientes de Chanyeol en su piel, justo donde debería llevar la mordida—. Todo en orden.

Baekhyun alzó la mirada y se encontró con los ojos brillando en diversión de Chanyeol.

—Debo irme.

—No sin mí.

—¿Prometes no ser un bruto y dejar en paz a Seonghwa?

—Tal vez.

Baekhyun alzó el rostro y besó a Chanyeol antes de alejarse y acomodar su ropa y cabello, intentando ser lo menos evidente posible. Tomó un saco color beige que había organizado sobre la cama y le dió una última mirada a Chanyeol.

—Hey —sonrió Seonghwa cuando Baekhyun abrió la puerta.

—Príncipe —saludó Baekhyun.

Los ojos de Seonghwa se desviaron a la figura imponente que apareció detrás de Baekhyun, alzando una ceja al ver que el personal de seguridad estaba dentro de la habitación.

—Los escoltas no deben ingresar a la habitación de sus monarcas —murmuró Seonghwa como si fuera obvio.

—Así es —aseguró Baekhyun—. Sin embargo, había una araña inmensa y le pedí al jefe Park su colaboración. Me causan mucho temor, me temo.

La sombra de una sonrisa apareció en los labios de Chanyeol ante la facilidad con la que salió la mentira. Y agradecía profundamente que el príncipe haya dicho algo antes que él, porque se moría de ganas por restregarle en la cara al príncipe Park que estaba dentro de la habitación haciendo lo que él nunca podrá, besar y adorar a Baekhyun. 

Monarquía; chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora