Katsuki Bakugo (mejor conocido por todos como lucifer) es el rey y monarca que lidera el infierno.
Sin olvidar la caída y el momento en el que el y sus compañeros más cercanos fueron desterrados; encuentra la gran oportunidad para vengarse de Dios y...
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NARRADOR
Jev y Arriane se encargaron de cuidar al Omega y después de dos días este finalmente despertó. Al principio el pecosito se asustó demasiado, pensando que ambos Overlords le harían lo mismo que Lucifer, pero al recordar fugazmente a Jev se tranquilizó.
--¿Dónde estoy? --pregunto mientras observaba a su alrededor, ya que había notado que no era la misma habitación donde lo tenían cautivó.
--Estás en otra habitación --le respondió Arriane acercándose hasta él.
Izuku reconoció a la fémina y comenzando a llorar se abalanzó hacia ella para pedirle perdón.
--Discúlpame, en verdad discúlpame por lo que te hice... Yo no... No quería hacerte daño, solo trataba de defenderme --explico haciendo pequeños pucheros.
--Tranquilo, no tienes por qué disculparte --le dijo la rubia acariciando su cabeza.
--E-Es solo que tengo mucho miedo... No quiero seguir aquí --confesó abrazando con más fuerza a Arriane porque de alguna manera quería ser consolado por alguien.
--Cálmate, nada malo volverá a pasarte Jev y yo te protegeremos, así que trata de descansar un rato, aún debes de estar muy cansado y lo primordial es que recuperes las fuerzas --le dijo ella volviéndolo a recostar con delicadeza y arropandolo para finalmente darle un beso en la frente, logrando con este pequeño gesto que Izuku se sintiera reconfortado.
Izuku le había hecho caso a la chica y descansando, los dos caídos comenzaron a charlar.
--¿Tan deplorable era el estado en el que se encontraba? --le pregunto la fémina a Jev esperando por su respuesta.
--Sí, estaba muy mal --respondió este recordando la imagen del Omega lastimado.
--Lo único que me preocupan son sus alas --agregó la rubia acariciando el suave cabello del menor.
--Solo hay una forma de sanar sus alas para restaurarlas.
--¿Y eso como es? --cuestionó Arriane queriendo saberlo.
--Que Katsuki le bese estas, solo así las plumas le volverán a brotar --le explicó el rubio para que ella lo entendiera.
Arriane se sonrojó y tapándose el rostro con las manos, la pena la invadió.
--¡Eso es vergonzoso! --chillo sin dejar de sentir pena.
--L-lo sé, pero esa es la única manera para que las plumas le broten.
--Ya veo...
De un momento a otro la puerta de la habitación fue abierta, mostrando bajo el marco de esta a Katsuki, lucía preocupado, pues quería saber el estado de su Omega. Izuku capto en el aire la testosterona de su "Alfa" y despertando de inmediato lo miro fijamente.