CAPITULO 16

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NARRADOR

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NARRADOR

Después de qué logro tranquilizarse, el pequeño angelito llegó hasta la habitación donde estaba Lucifer debido al acuerdo que habían tenido durante la cena de aquella noche.

--Y-Ya estoy aquí --tartamudeo Izuku sumamente nervioso.

--Bien, vamos a dormir --manifestó Katsuki dándole palmaditas a la cama para que el pecosito captará el mensaje.

Izuku se fue acomodando a su lado y cuando ambos estuvieron dentro de las sábanas, el más grande le deseo un bonito sueño a su compañero, pero el menor no podía dormir debido al enorme ardor que sentía por sus alas desnudas, aquella esta sensación era algo rutinario para el omega porque siempre lo sentía.

--Ouch --se quejó cerrando los ojitos para ignorar su malestar.

Lucifer notó su inquietud y le pregunto lo que le sucedía.

--¿Pasa algo manzanita?

--N-Nada, solo que me arden mucho las alas, de que no tengo plumas son muy sensibles y me duelen todo el tiempo --confeso sintiendo aún más el dolor.

--Ven, enderézate --agrego el alfa tomando a Izuku de la mano.

Cuando quedaron sentados en la cama se miraron fijamente y era algo que intranquilizaba al angelito, ya que no sabía lo que haría Katsuki.

--Date la vuelta --le ordenó, obedeciéndolo por completo.

El mayor podía ver las alas desnudas del Omega y suspirando con un pequeño aire de dolor, decidió curarlo para que brotaran sus plumas.

Con mucho cuidado tomo una de sus alas y comenzó a besarla, por instinto Izuku sujeto las sábanas de la cama, ya que al sentir sus labios sobre sus sensibles alas algo comenzó a brotar dentro de él, algo que jamás había experimentado y eso era la excitación. Katsuki seguía en su tarea de sanarlo, pero sin poder soportarlo, Izuku comenzó a gemir y fue algo que sorprendió al rey del infierno, pues no se esperaba esa reacción de su parte.

--¡Ahh! ¡ahh! --gemía una y otra vez sin dejar de sostener las sábanas entre sus manos.

Aquellos ruidos alteraban el instinto alfa de Lucifer y en el aire pudo captar las feromonas de su Omega.

--Sshh, silencio angelito, no hagas esos ruidos, solo te estoy sanando las alas, eso es todo lo que estoy haciendo --explicó Katsuki poniéndole una mano en la boca para callarlo.

--K-¡Kacchan! --lo llamo sin dejar de gemir, estaba muy excitado y eso que solo era por una simple sanación. El Alfa ignoró sus gemidos y termino de restaurar sus alas para que nuevamente le brotaran las plumas.

Izuku estaba desplomado en la cama, sesando mientras trataba de controlar su respiración, el ojirubí lo tomo entre sus brazos y lo metió a la cama y para no hacer más incómoda la situación le dio la espalda para dormir. El más grande se quedó dormido al instante, pero el angelito no podía conciliar el sueño y sintiendo mucho calor dentro de sí, se acercó hasta él para sentir su tacto más de cerca.

EL PRÍNCIPE EN EL EXILIÓ 🧡Katsudeku💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora