Capítulo 5: Las palabras y... ¿el viento?

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—¡Eres una puta bestia!. No deberías ser el líder.

— ¡¿Según quién?!.

¿Que mejor para comenzar el primer día sana? Ah sí, estar presente en esta absurda reunión.

— ¿Pueden bajar la voz? Me da haqueca— mencionó Kali con una mueca haciendo notar su punto.

Una mañana un poco tormentosa, solo un día de haber dejado la sala de curaciones y comenzar con esta faena entre el Viejo y el grupo de mis amigos. Deseo estar en esa vieja camilla otra vez donde todo era preocuparme por comer y dormir, algo que no hacía de buena forma hace tiempo.

— Kali tiene razón, el diálogo puede solucionar todo— trató de mediar Mónique.

— Su diálogo puede meterselo por donde le quepa doctorcita— esas palabras no son más que de Peter.

— No tienes porqué hablarle así, Peter— la defendió Antonio.

— Le hablo como se lo merece— aseveró cruzando sus brazos.

Conozco a este chico desde que llegó con su ropa sucia y cuerpo frágil, siendo un niño apenas al igual que todos los que estamos en esta sala, a excepción de el Viejo y Mónique.

Peter fue un niño rebelde desde que llegó, no es una persona que se deje imponer reglas a la ligera, a menos que su vida dependa de ello, o la de sus cercanos. Con una infancia llena de abusos por parte de su padre, quien no veía la hora de mandarlo a la calle para conseguir consumos, y de no llegar con lo pedido, su pálida piel sufría las consecuencias.

Es por esto que al llegar a este lugar, lo último que quiso fue acatar órdenes. Y no la pasó nada bien, es por ello tanto odio hacia nuestros superiores.

Yo soy consciente de que Mónique al igual que todos, busca el mismo propósito, — acabar con la injusticia a manos de seres aberrantes— pero Peter no olvida, y esa es una de sus características.

Y es que, siendo niños, para prepararnos ante una guerra de tal magnitud, no sólo fueron entrenamientos, también trabajaron en nuestra estabilidad emocional. En esta parte entra Mónique y sus duras pruebas hacia nosotros, donde construyó esa parte preparada para morir en cualquier momento.

Con esto, algunos sufrieron más que otros, y Peter está en esta lista, ya que al ser alguien difícil de domar, pues recurrieron al sometimiento.

— Yo opino que echemos a la loca también— abrió la boca Savannah.

— Savannah, cállate ¿sí?— pidió Antonio.

La castaña entrecerró los ojos y le lanzó dagas con ellos.

— Entoces ven y callame tú, estúpido.

— Yo te puedo callar de otra forma— soltó Ray moviendo sus cejas con tono coqueto.

— Prefiero besar el hocico de Capitán antes que a ti— contestó señalando al aludido—. Sin ofender Capi — el canino como respuesta le gruñó, se levantó y salió del lugar.

— ¡Oye! ¡es un perro! — soltó Ray con indignación.

— No veo mucha diferencia terroncito— dijo sonriendole inocentemente.

Iniciaron una discusión entre todos mientras Kali se limaba las uñas, Rebecca se dormía en la mesa y Mónique cerraba los ojos contando en voz alta. De repente la puerta se abrió y se cerró rápidamente.

Todos hicieron silencio prestando atención a dicha acción. Un agitado ser al que llamo hermanito, entró y se recostó en la pared con la mano en el pecho.

Antes de despedirnos | EN PROCESO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora