Capitulo 9: Tarántulas y misiones

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Escuché como soltaron una risa detrás.

—¿No que la muy fuerte?— le escuché decir.

Distinguiendo esa voz, eché mis brazos para atrás para halar su cabello, haciendo que mirara mi perfil y me soltara de una vez.

—¡Auch! ¡Auch!.— se quejaba— Ya sueltame y te dejo de molestar.

Le solté el cabello y me levanté para verlo sobando su cabeza.

— Si eso fuera cierto, te haría un altar ahora mismo.

— Venga, ¿en serio?.

— Ya quisieras, idiota.

Me volví a sentar en aquella piedra y él me siguió pasando un brazo por mis hombros.

— Y ahora ¿que te pasa?

Yo recosté mi cabeza en su hombro. — Nada importante.

— Discutiste con Peter— afirmó.

— El no es el centro de mi mundo ¡por Dios!— dije con razón, pero él no sabía de mis sueños turbios.

— Ya.

Subí mis piernas para abrazarlas y me acomodé. —¿Qué haces afuera, Hope?.

— Tenía rato sin hablar con mi hermana y al ver que saliste, te seguí— contestó jugando con mi cabello.

— Ya dime, ¿que hiciste?.

— Pero si la mala aquí eres tú.

— ¿Qué hiciste?— insistí.

Pasaron minutos de silencio cuando de repente dijo de un tirón: —Puse tarántulas en la cama de Rah.

—¡¿Que hiciste qué?!— me enderece en mi lugar.

— Te juro que fue idea de Peter.— dijo apresurado— Dijo que ese imbecil tenía que pagarlas y que además le caía mal, entonces yo dije lo de las tarántulas al saber que Rah le teme a las arañas, —entre más decía mi cara se volvía roja de la ira— él las consiguió vaya a saber como, y me dijo que las pusiera...

— ¡Y tu de imbecil lo hiciste!.

— ¡Oye!, nadie toca a mi hermanita y sale bien librado.

— Yo puedo defenderme sin tener a idiotas como ustedes cuidándome la puta espalda—dije levantándome— pero ¿sabes lo que va a pasar si Rah descubre que fuiste tu?.

De repente se puso pálido.— Me va a matar.

— Eso y que si abre la boca te castigarán por atentar contra los tuyos, porque por si no lo sabes, hay tarántulas venenosas.

—¿Qué?

Bufé exasperada y puse los ojos en blanco. —Se nota que ni a las putas clases vas— dije comenzando a caminar.

Y era cierto, a todos nos daban lo básico sobre aprendizaje. No éramos cavernicolas.

— ¿Eso para qué? Si no sirve— retiro lo dicho.

— ¡Camina, Hope!.

— ¡Ya voy!.

Parece adoptado.


•○•


El que haya hecho esto, tendrá que cavar su propia tumba.

Miraba a Rah cruzada de brazos ante lo que decía en medio de la sala, y Hope detrás mío con expresión tranquila.

Bien, algo tenía que saber hacer el idiota.

Un idiota por el que daría la vida.

Y bueno, Rah se encontraba con la piel roja e irritada, supongo que por las mordidas. Aunque Ricardo había dicho que no era nada grave, ya que aquellas tarántulas no eran venenosas.

Antes de despedirnos | EN PROCESO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora