𝟭𝟮 ⌕ Eɳȥσ

1.8K 192 29
                                    


Los invitados están aquí. Todas las familias están representadas, incluso los Álvarez.

Gustavo está sentado en primera fila, su amante a su lado. Parece que ella se ha dado cuenta del peligro -quizás es la sangre que corre por el corte de la frente de Gustavo la que lo delata- y se acerca a él, con los ojos bien abiertos. No le haré daño. Pero no me molesta que ella tema por su vida. Follar con Gustavo fue una mala elección de vida. Ahora es el momento de pagar.

Los otros jefes asistieron con sus esposas, sus rostros son en su mayoría estoicos. Estoy seguro de que se sorprendieron un poco al asistir a una segunda boda hoy, especialmente una con el mismo novio, pero lo están ocultando, esperando a ver cómo se desarrolla esta situación. No necesitan preguntarse. Al final de la ceremonia, controlaré a los Fernández, los Haaland, y tendré un poderoso punto de apoyo con los Álvarez. En todo caso, deberían preocuparse, porque si se cruzan conmigo, no pasará mucho tiempo antes de que vengan por su pedazo de pastel.

-Enzo-él Padre Germen toma su lugar al frente de la sala, con sus vestimentas formales estableciendo el tono correcto.

No se trata de una boda falsa ni de un pago de una familia a otra en forma de un novio no dispuesto. Este es un matrimonio, una unión de almas, un encuentro de mentes, y es el primer paso verdadero hacia mi dinastía. Con Julián a mi lado, esta ciudad será nuestra. Que eso enoje a Gustavo es una ventaja.

El cuarteto de cuerdas comienza a tocar una canción que he escuchado en bodas toda mi vida, y los invitados parecen relajarse un poco. La música calma a las bestias salvajes, aparentemente.

Me ajusto la corbata cuando Cristian se pone a mi lado, su esmoquin casi tan fino como el mío.

-¿Estás listo?

Se da una palmadita en el bolsillo. --Todo listo en mi lado.

-¿El joyero siguió mis instrucciones?

-A la perfeccion-asiente con la cabeza y mira a la pequeña asamblea. -¿Están en una boda o en un funeral?-susurra.

-Si alguien se pasa de la raya, puede ser ambas cosas.

-Enzo, si estás listo, podemos proceder-el Padre Germen sonríe, a sus viejos y llorosos ojos no se les va ningún detalle. Es una boda de la mafia, pero ha hecho muchas de estas a lo largo de los años.

Valentina se cierne en la entrada del salón oeste. Levanto mi barbilla, ella sonríe y se va corriendo para traer a mi novio.

-Esto es todo. Fuera del mercado -Cristian me da una mirada de reojo. -A menos que tengas la intención de estar follando a chicos por fuera.

-No sucederá. Julian es el único que quiero-la idea de otra es casi asqueroso.

-Sólo te estaba rompiendo las pelotas. ¿Crees que no sé cómo eres cuando te pones a pensar en algo? He visto cómo lo miras. Él es el elegido.

-Nunca pensé que pasaría no puedo creer que lo haya encontrado. Todo este tiempo, otras familias trataron de venderme a sus hijos, pequeñas criaturas inocentes con los ojos muy abiertos y las cabezas vacías. Pero Julian es diferente. Hay fuego en el, y con el tiempo, puede arder lo suficiente como para forjar nuestra familia. -Un rey reconoce a un rey cuando lo ve.

-Justo a tiempo -rueda los hombros. Creo que ya casi está aquí. ¿Crees que Gustavo va a explotar o qué? -le echo un vistazo. Su cara está roja, y agarra la mano de su pobre amante como si fuera una bola de tensión.

-Si lo hace, yo me encargaré de ello.

Gonzalo está en la puerta de entrada, su cabeza girando mientras mira a los invitados. Él Dibu y Livakovic están en la otra puerta. Todos estamos armados hasta los dientes a pesar de nuestros esmóquines... mi sastre sabe para qué clase de hombre trabaja, siempre deja suficiente espacio para una pistola y algunos cuchillos.

Rey! « ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora