El agua caliente baja por mi cuerpo mientras Enzo se mete en mi con hambrienta urgencia. Estamos conectados no sólo físicamente sino en cada aspecto de nuestras vidas ahora. Empujo su polla hacia abajo, tomándolo completamente. Su cuerpo está lleno de adrenalina por toda la sangre que ha derramado para proteger el nombre de Fernández para protegerme a mí. Ahora es mi nombre, mi familia. Uno que llevaré con orgullo.-Lo siento, querido mío, si estoy siendo rudo contigo - dice mientras sus ojos se encuentran con los míos.
Arrastro mi dedo por su hermosa cara y beso sus labios con un hambre igual, queriendo que sepa que estoy ahí con él. Ambos necesitamos esto. A mi cuerpo no le importa el pequeño dolor de haber perdido mi virginidad hace sólo unas horas. El deseo de estar conectado a él de la manera más primitiva es mayor.
-Tómame más fuerte, mi rey-susurro las palabras contra sus labios, haciéndole saber que necesito esta liberación tanto como él.
Gruñe mis palabras y comienza a penetrar más profundamente en mí. Ambos dejamos que el momento nos lleve, olvidando todo lo que nos rodea.
-Nunca te negaré nada de lo que pidas, querido mío -una de sus manos se agarra a mi culo, sus dedos se clavan en mí mientras continúa empujando su polla. -Esto será rápido. En otra ocasión, pasaré horas adorándote como te mereces, pero tenemos cosas de familia que atender esta noche baja su mano libre para frotar mi pene.
Ya me tiene al límite, mi cuerpo envuelto fuertemente alrededor del suyo. Su toque es lo que me lleva al límite. Grito su nombre mientras me corro en su abdomen. Mi cuerpo se aprieta a su alrededor con fuerza, sin querer dejar su abrazo. Me aferro a él porque este hombre se ha convertido en mi todo, Sé que siempre lo será.
-Así es, correte para mí-sigue trabajandome. - Voy a derramar hasta la última gota de mí en este culo apretado. Nuestro reino se expandirá más pronto que tarde. ¿Es eso lo que quieres, querido mío? ¿Estar redondo con mi niño? -mi aliento se estremece ante sus palabras.
Su calor se derrama dentro de mí, y gimo con su nombre mientras todo mi cuerpo se relaja en su agarre. No tengo que preocuparme por sostenerme. Él lo hace por mí mientras me lava el cuerpo con ternura. Cuando empieza a hacer lo suyo, lo detengo, queriendo cuidarlo. Exploro su cuerpo con mis manos. Las yemas de mis dedos rastrean cada músculo, cada cicatriz, hasta que finalmente llego a su polla, que está dura otra vez. Él me agarra suavemente la mano, sosteniéndola en la suya.
-Más tarde, querido mío-cierra el agua y me saca de la ducha.
Nos seca a los dos antes de sentarme en el mostrador junto al lavabo. Me da un cepillo, se va y vuelve un momento después con la ropa. Me quita el cepillo de la mano y comienza a trabajar lentamente en mi cabello. Mi aliento se agita. Aquí hay un hombre cuyas manos mataron a tantos hombres apenas minutos antes, pero conmigo es suave y dulce.
-Nuestras niñas tendrán tu pelo --lo dice como si exigiera que tales cosas fueran verdad. Estoy empezando a creer que puede.
Me lamo los labios.
-¿Qué pasa, querido mío?-coloca el cepillo hacia abajo, y luego besa mi hombro desnudo. -¿Quieres decirme algo?
Qué fácil me lee. En una época eso me hubiera asustado, pero no con Enzo. Me encanta que en tan poco tiempo, ya me conozca tan bien. Lo amo.
Pongo mis manos en su pecho.
-He estado tomando anticonceptivos-lo admito. No estoy seguro de cómo se lo tomará.
Parece que contiene la respiración. -¿Pero ya no?
Sacudo mi cabeza no. -No desde que me fui-hago una pausa, sin querer llamar casa donde viví una vez. -De allí.
-¿Deseas volver a hacerlo?-puedo sentir su cuerpo tenso bajo la punta de mis dedos.
-No
Él se relaja bajo mi control.
Miro hacia arriba para ver sus ojos. -Te amo - no importa la cantidad de tiempo que haya conocido a este hombre, esta dispuesto a darme algo que no quería ene ste momento. Sé que si le hubiera dicho que sí, habría conseguido las pastillas. Puede que odiara hacerlo, pero por mí lo habría hecho. Él realmente es mi rey.
-Yo también te amo, esposo-se inclina hacia abajo, besándome profundamente. Cuando se retira, presiona su frente contra la mía. Yo subo mis manos por su espalda desnuda.
-Sólo estaba en ello porque...
-Porque mi rey no sólo es inteligente, sino también astuto-termina para mí antes de poner otro beso en mis labios. - Sabías que pertenecías a otro y no le darías un hijo a un hombre como Erling
-Pero por ti, daría cualquier cosa.
Él sonríe... una cosa rara, para un hombre así, estoy seguro. Hace que mis entrañas se derritan.
Trato de atraerlo hacia mí, queriendo que me lleve de vuelta a nuestra cama.
-Me tientas, esposo -me levanta del mostrador. - Vamos a vestirnos y a terminar esto, después de los negocios. Entonces soy todo tuyo-me hace un guiño juguetón que no ayuda a enfriar mi lujuria por él. Especialmente cuando me muestra su lado juguetón, pero sé que tiene razón.
Tenemos que terminar de proteger el futuro de nuestra familia antes de que pueda tener esto y cada parte de Enzo por el resto de nuestras vidas. Si queremos crecer como familia, debemos limpiar las consecuencias de esta guerra.
-¿Esto servirá por ahora?-pregunta, recogiendo la ropa que me ha traído. Te conseguiremos más. Tengo el presentimiento de que no quieres la de Gustavo.
-No estoy de acuerdo. No lo hago. -Tengo algunas
cosas que quiero de allí. Cosas que pertenecieron a mi madre. Ya están empaquetadas.-Te las conseguiré-me da otro beso antes de que se dé la vuelta para irse.
No puedo evitar ver cómo se va. Incluso desnudo, camina a zancadas con una confianza superior. El poder se le escapa. No puedo creer que mi familia haya intentado desafiarlo. Significa la muerte. Tenían que haberlo sabido.
Agarro la ropa, me pongo la ropa interior antes de ponerme los pantalones blancos de piernas anchas que van acompañados de una camisa con pétalos de encaje rosa. Me pregunto si Valentina salió a buscar esto para mí. Es bonito y más mi estilo. Me hace recordar cuando solía hacer mis diarios y blogs llenos de los últimos estilos y tendencias.
Enzo se acerca por detrás de mí un momento después mientras me miro en el espejo. - ¿Funcionan?-me entrega un par de zapatos blancos que tienen un diseño hermoso.
-Me encantan-me doy la vuelta, quitándoselas de la
mano.Inclino mi cabeza hacia atrás para ofrecerle un beso. Él se inclina hacia abajo, dándome lo que pido.
-Te ves hermoso.
-Me haces sentir hermoso. Me haces sentir como yo otra vez.
Lo hace.
Está vestido con su par de pantalones normales y su camisa de botones. Es casi comico. Parece que está vestido para la sala de juntas. Supongo que esto es una especie de reunión. Los negocios serán manejados. El nuestro es un poco diferente al resto del mundo, pero normal para nosotros. Esta es nuestra vida. La odiaba hace una semana, pero ahora le doy la bienvenida porque con ella, tengo a Enzo. Él hace toda la diferencia en esta vida. Sé que con él, será un mundo diferente.
-Bien-me agacho, me pongo los zapatos en los pies.
Enzo toma mi mano en la suya. Me saca del dormitorio y me lleva por el pasillo. Bajamos las escaleras. Veo a todos sus hombres merodeando. Muchos aún están manchados de sangre. Me guía con él por un pasillo en el que aún no me he aventurado. Mi hermano se para frente a una puerta y se aparta del camino. Enzo le da un saludo mientras abre la puerta que lleva al sótano. Cuando miro por las escaleras, todo es concreto. No se parece en nada al resto de la casa. Es frío y simple.
Un escalofrío sube por mi columna vertebral, porque sé quién estará al final de esas escaleras. Será el final de la familia Álvarez, pero el comienzo de mi nueva vida como Fernández. A quien siempre he pertenecido. Solo he estado esperando a que mi rey me encontrara. Ahora terminaremos lo que él empezó, pero conmigo a su lado.
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2/4 quedan solo dos capítulos para el final :0
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Rey! « ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴ
Hayran KurguSabía que mi padre iba a venderme. Un novio se ofrecía para forzar una alianza o para sellar un trato. Aún así, me aferré a la esperaba de vivir libre de las familias. Pero cuando me entregan a Erling Haaland, me doy cuenta de mis delgados sueños de...