La mayoría de los niños sueñan con el día de su boda. Yo no era diferente al crecer. Es curioso como tu juventud te ciega a la realidad. Tal vez si hubiera nacido en una familia normal, todavía estaría fantaseando con mi gran día pero no es así. Nací siendo un Álvarez. No tardé mucho en darme cuenta que mi familia era diferente. No jugamos con las mismas reglas que todos los demás. Incluso los niños se alejaron de mí. Escuché a sus padres susurrando que no jugarán conmigo. Eso me empujó a quedarme con mi propia familia y con la gente que ellos frecuentaban. Eran todo lo que tenía. Todo lo que conocía. No es mi culpa que la mayoría de los miembros de mi familia no sean buenas personas. Yo no elegí esta vida, y nunca llegaría a hacerlo.Acostado en la cama mirando la bolsa de ropa que cuelga mi armario, y mi estómago se revuelve a lo que está por venir. Quiero correr, pero sé que no es una opción. ¿A dónde iría? Me encontrarían sin importar donde me escondiera. No hay forma de escapar de esta vida. Saben que no puedo escapar. Nunca dejaría atrás a mi hermano pequeño Kevin. No puedo estar seguro de que no lo usen en mi contra.
Diablos, por lo que sé, podría llegar a ser como nuestro padre y abuelo algún día, pero ahora mismo, es la única persona que realmente amo en esta tierra. Todavía hay esperanzas de que crezca y sea diferente a todos esos hombres despiadados. Él es el único que puede herirme, y todos lo saben. No lo han usado como amenaza, pero no dudarían si decidiera resistirme a su autoridad.
No hay línea que mi padre no cruzará para conseguir lo que quiere. No necesito que me digan las reglas para saber cuáles son. Así que hago lo que se supone que debo hacer. Sabía que este día llegaría, el día en que sería vendido a un hombre hecho y derecho que buscará un príncipe de la mafia. Es común que los hijos se casen, pero es como si hubieran contado los segundos para que cumpliera los dieciocho años para entregarme. Pero no importa, he aceptado mi destino en nombre de darle una oportunidad a Kevin.
No quiero casarme con Erling Haaland, pero mi abuelo tiene otros planes para mí. Casi no puedo soportar estar en la misma habitación que mi vil novio, pero caminaré por el pasillo para darle mi mano en matrimonio en sólo unas horas. Todo para complacer a mi familia. Todo para ser leal. Todo por Kevin. Los matrimonios en mi familia no se tratan de amor sino de poder y posición. Soy un peón en este juego de ajedrez. Mí abuelo, Pasquale, al usarme garantizará la posición de nuestra familia y mi padre, Gustavo, hará lo que mi abuelo ordené. Desde cualquier lado, estoy jodido.
Al no querer mirar más la bolsa, me doy la vuelta. Una lágrima se me escapa del ojo, pero me la limpió rápidamente. No sirve de nada llorar porque no cambiará nada. El nombre de mi familia es demasiado importante para mí. Fui criado para honrarlo, y eso es lo que planeó hacer. Eso es lo que nos dicen una y otra vez mientras crecemos. Nada más importa. No hay lealtad excepto a la familia. Estoy tan metido en ella que siempre es una batalla interna para determinar el bien y el mal. Esa es locura de las familias como la mía. Hablamos de lealtad, amor y respeto, pero esas cosas se aplican si haces lo que te dicen.
Me siento, sabiendo que tengo que prepararme. Las bodas normales como estas, entre dos familias poderosas habría sido el doble de grande de la que estoy teniendo. Solo hay doscientas personas a ver la unión de Álvarez y Haaland. Sólo la cúpula de nuestra sociedad merece una invitación para esta fusión. Así es como he estado llamando a esta boda en mi cabeza... una transacción de negocios. Una fusión de fortunas y nombres antiguos. Este matrimonio nos solidificará como una de las familias más poderosas. Por eso se apresuran en hacerlo. Al menos eso es lo que pienso. No tengo conocimiento de ninguno de esos detalles porque no se me permite hacer esas preguntas. Ahora se supone que es una ocasión más pequeña, no se ahorrará ningún gasto. Tenemos una imagen que mantener. Me sorprende que mi habitación no esté siendo bombardeada con gente contratada para prepararme.
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Rey! « ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴ
Fiksi PenggemarSabía que mi padre iba a venderme. Un novio se ofrecía para forzar una alianza o para sellar un trato. Aún así, me aferré a la esperaba de vivir libre de las familias. Pero cuando me entregan a Erling Haaland, me doy cuenta de mis delgados sueños de...