Tengo a mi hermano cerca. Él está aquí.
-¿Estás realmente bien? -evanto la mano, le ahueco la cara y miro su labio recién partido.
-Julian, estoy bien-dice, bajando mi mano.
Me muerdo el labio para no sonreír, habiendo olvidado que aún estamos en el pasillo y que los guardias merodean por ahí. No quiere que le haga de niñero delante de todos. No puedo evitarlo. Siempre será un bebé en mis ojos.
-Ven-le pido que entre en mi habitación.
Sus ojos deambulan por ahí, absorbiendo todo. Nuestra propia casa no es nada que te haga renegar, pero la de Enzo es algo totalmente distinto. Está en una liga propia. Me recuerda a un maldito castillo gigante. Todo en el es elegante pero no exagerado. Es impresionante sin ser presumido. He estado demasiado envuelto en Enzo como para preocuparme por lo que me rodea hasta ahora, cuando veo a mi hermano procesándolo todo.
Las puertas se cierran detrás de nosotros, y me doy la vuelta y le señalo la boca. -¿Quién te hizo esto en el labio?
-Fue cosa mía.
Le levanto una ceja.
Se encoge de hombros. -Realmente lo fue. Podría haber intentado escalar la pared hasta este lugar dice tímidamente.
-¡Kevin! -le golpeé el pecho.
Es entonces cuando veo que todavía tengo puesto el anillo de bodas de mi primer marido. Debería quitármelo. Me sorprende que Enzo no me lo haya quitado del dedo. Se siente como un peso indeseado, un recordatorio de que mi vida podría haber tomado un rumbo diferente si no fuera por Enzo. Aunque no estoy seguro de qué el camino que planea seguir, sé que será mejor que el anterior. Tiene que serlo. No me permitiré pensar lo contrario ahora mismo.
-Tenía que intentar llegar a ti―sus cejas juntas hacen una linea. Para salvarte de este monstruo. Su reputación es aún peor que la de Erling. Ha hecho cosas malas, Julián. Es un hombre malo. No podía dejar que te llevara -suelto mi mano de su pecho.
Sabía que intentaría encontrarme. Es una de las razones por las que me calmé inmediatamente una vez que Enzo me dio su voto de proteger a Kevin. Sin eso, me estremezco al pensar en lo que le hubiera pasado a Kevin si entraba a esta propiedad sin el voto de protección de Enzo.
-Hacer cosas estúpidas te mata ―le recuerdo.
El propósito de mi vida se habría ido. Kevin es la razón por la que hago todos los sacrificios. Quiero que sea capaz de llevar la vida que quiere. Era más fácil cuando era más joven porque no tenía edad suficiente para que mi familia empezara a usarlo. Extraño esos días. Una vez que llegó a la adolescencia, empecé a preocuparme constantemente.
Vivo temiendo por su vida. Tengo que sacrificarme para mantenerlo a salvo. Al menos eso es lo que me dije a mí mismo esta mañana. Ahora siento que la vida podría ser más para mí, pero tampoco puedo dejar que mi mente vaya allí. He aprendido que la esperanza no te hace ningún bien cuando estás rodeado de hombres como estos. La cuestión de qué clase de hombre es Enzo sigue siendo indeterminada. ¿Terminará siendo como Erling? Quizá actúe como mi padre y mi abuelo en cuanto consiga lo que quiere de mí.
No parece ser así, pero sólo han pasado unas horas desde que nos conocimos. Por lo que sé, Enzo está montando un espectáculo para no tener un novio pateando y gritando en el pasillo. De nuevo, eso no tiene sentido, ya que le aseguré que me casaría con él si mantenía a mi hermano a salvo. No hay razón para que continúe haciendo todas estas cosas bonitas extra por mí a menos que quiera. Incluso puedo referirme a la forma en que Enzo me trata como dulce, pero esa palabra nunca se siente bien en lugares como este.
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Rey! « ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴ
FanficSabía que mi padre iba a venderme. Un novio se ofrecía para forzar una alianza o para sellar un trato. Aún así, me aferré a la esperaba de vivir libre de las familias. Pero cuando me entregan a Erling Haaland, me doy cuenta de mis delgados sueños de...