Daughter's Of The Elements

Prólogo

La tierra, la amada tierra llena de vida como nosotros siempre la habíamos visto... había llegado a su fin. La muerte era lo único que rodeaba el ambiente mientras que la gente caminaba con temor por las calles en busca de comida; los suministros escaseaban.

Hacia 8 años que la vida como la conocíamos había llegado a su fin. Una guerra que en silencio se libró durante años finalmente abandono las sombras viendo los albores del amanecer trayendo consigo muerte y dolor. Ella había fallado, su misión no había logrado completar y la sangre de muchos fue el precio a pagar.

De los miles de millones de personas que habitaban en el mundo solo quedaban vivos cerca de 100 000 personas viviendo atemorizados de ser las próximas presas de aquellos que una vez juraron protegerlos. Aterrados y paranoicos.

No fue fácil, pero lo consiguió vivir un día más en ese infierno de mundo en el que desgraciadamente vivía, no es que antes la situación estuviese mejor. Antes de que la guerra comenzará, fue muy egoísta, nada le importaba, vivía por y para sí misma, no había nada que le detuviera para conseguir aquello que quisiera, aunque claro todo aquello cambio cuando las personas su alrededor, las personas que amaba, sus familias, sus vecinos y sus amigos, morían de una forma indescriptiblemente dolorosa, pasaron de vivir una vida, a tratar de sobrevivir, ha visto escenas espantosas, escenarios que no quiere recordar, sin embargo, no hay una sola noche en que no recuerde todos estos pasados años y a las personas que perdio en el camino.

Esta atrapada, no hay sitio a donde pueda ir o esconderse, es demasiado tarde incluso para ello. Él era su última esperanza, encontrarlo se significaba que existía una sola oportunidad de enmendar el daño hecho. Se suponía que lo vería allí, ahora se encontraba rodeada, con la fría mirada que la apuñalaba, los Helwyr han triunfado. Solo esperaba que donde sea que se encontrara fuese muy lejos de aquel lugar donde pronto, su sangre seria derramada. La última Cas, muerta. Quizás así debió ser desde el principio.