Capítulo 7. ¿Quién soy en realidad?

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Ashlynn

Era una noche oscura a pesar de que el verano estaba presente esa noche era especialmente oscura, en un departamento de Londres. Tres meses habían transcurrido sin aun tener noticias de Adrian ni su paradero, viajaron a diferentes lugares desde Glasgow hasta Moscú, Rusia. Ahora se encontraban en una habitación de un departamento de la ciudad Londinense. —Frida, por favor ya hemos recorrido medio planeta y no es posible que no sepamos nada de Adrian —grito Ashlynn desesperada por no tener ni una mísera pista. —Ash calma estas cosas llevan tiempo —le calmo Frida por millonésima vez.



—Ashlynn por qué no practicamos defensa, tengo ganas de un ejercicio —Eso la hizo sonreír ante la idea no porque le guste la violencia si no porque así se distraía y era divertido ganarle a Walter y ver sus berrinches cuando perdía. —Ok, vamos... —durante los últimos meses le estuvieron enseñando a pelear y resulto que era muy buena, el poder de la Atmokinesis, un pwerau elemental que ya casi lo tenía dominado pudiendo crear desde fuertes ventiscas hasta pequeños tornados.


—Genial... —sonrió triunfante levantándose caminando a la habitación que habían destinado como gimnasio tras a ver incendiado un librero de la sala la pasada noche. Walter a pesar de no ser muy corpulento, lo compensaba con su agilidad le ataco de frente y ella lo esquivo. Volvió a atacarle y lo seguía esquivando. —Quédate quieta... —susurro riendo mientras buscaba la forma de atacarle. —Te tengo... —susurró ella solo movió con una corriente de aire una silla y el tropezó pero lo que no se esperaba fue su siguiente movimiento al caer tomo impulso arremetiendo contra ella fue tan rápido que no le dio tiempo de reaccionar así rodaron por toda la habitación hasta que golpearon un librero causando que sobre ellos cayeran un par de ejemplares de libros gruesos. —Maldición —menciono Ashlynn quitándose de encima a Walter. —Gane, si te gane —sonrió victorioso levantándose con rapidez. —Ya ves Ash, esta vez no me ganaste —Ashlynn lo observo y comenzó a recoger los libros cuando de uno de ellos salió una foto era familiar la tomo en sus manos, la habitación de pronto desapareció.

Shively Road Park, Inglaterra. 7 años atrás.

Kiara Byerns la más pequeña de la familia Kuznetsova. 



Tras separarse sus padres, la madre decide cambiar apellido de las pequeñas en se entonces y nombrarlas con su apellido de soltera. 



Yacía con sus hijas una tarde magnifica, fría, de paseo y picnic en las afueras de Londres, un parque, flores silvestres y paz era lo que las acompañaba en ese entonces. 



Alondra la madre acomoda los cabellos avellana de la adolescente con cariño sonriéndole luego de golpear en el costado desocupado del paño donde estaba sentada, ésta esbozó una sonrisa instantánea y sincera a la mujer haciendo caso a su petición, con un semblante curioso y entusiasmado en su rostro la miró. 



Con suavidad aquella mujer sonríe un tanto más teniendo sus ojos fijos en un sobre que sostenía entre sus manos y una especie de bolso artesanal color capuccino con un lienzo negro a un lado. Murmura con aquella sutilidad y tono suave que la caracterizaba: —Si os pedí tuviésemos este lindo día para nosotras solas es porque mi compañía para con ustedes ha llegado su fin cariño...— Extiende la mano cogiendo entre las suyas la de la 'Pequeña' entregándole así la carta para luego besar su mejilla sofocándola en un abrazo. 

Daughter's Of The ElementsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora