Capítulo 5. El secreto

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Ashlynn

A la mañana siguiente se encontraba en la cocina almorzando con Frida, Vladimir se había ido temprano al trabajo. Traía puestos unos pantalones negros con una falda y una blusa sudadera con un estampado en azul, paso toda la noche, reflexionando, una firme decisión se había asentado en su cabeza. Si Adrian se ganaba su confianza y su explicación de lo que sucedió la vez pasada le convencía volvería con él. —Frida he tomado una decisión —le dijo viendo su plato de cereal. — ¿Qué decisión? —le mira confundida la pelirroja. —Aceptare que tu hermano me dé una explicación y que se gane mi confianza, tendrá que demostrarme que lo que dice sentir por mi es verdadero, no pienso aceptar que me vuelva a lastimar –sonrió pudo observar como a Frida se le iluminaba su rostro. —Genial, Ash me alegra que tomaras esa decisión, Adrian se va a poner muy feliz —la abrazo rápidamente volvió a terminar su cereal. —Listo, ya acabe —puso el tazón en el lavabo después Frida también hizo lo mismo.


—Ash le prometí a Jenny y a Julián que hoy irías a la casa así que nos iremos en mi coche —sentencio la cobriza acepto pues moría de ganas de ver a los padres de su mejor amiga. Así se fueron al colegio a la hora del almuerzo Ashlynn se sentó con Frida, Walter y Marianne, su novia que acababa de llegar. —Ashlynn, sigues igual de enana —le dio un abrazo dándole vueltas hasta que la sala no era más que un borrón para su visión. —Walter... no puedo... respirar —dicho esto la bajo liberándola más mantuvo una mano sobre su brazo para estabilizarla.


—Hola Ashlynn, es un placer conocerte —Marianne una chava muy guapa con cuerpo esbelto y cabellos rubios como el sol y sus puntas tintadas de un color morado enmarcando su rostro. Sus ojos eran unos cálidos pozos esmeraldinos. —Marianne el placer es todo mío —la rubia la atrajo en un abrazo que al principio la tomo desprevenida pues la trataba como si fuesen amigas de toda la vida, aquello no debía sorprenderla después de todo la Familia Cross se distinguía por la calidez con la que trataba a las personas a su alrededor. — Walter y Adrian ¿Dónde está? —pregunto Frida atrayendo su atención mientras dejaban sus charolas sobre la mesa. —Se quedo dormido, cuando fui a despertarlo tenía en el rostro una sonrisa de idiota y estaba tan tranquilo —sonrió maliciosamente una de esas típicas sonrisas de niño travieso. 


—Encontré a Walter en la habitación de Adrian a punto de lanzarle una cubeta de agua fría y lo detuve —comento Marianne dándole una mirada de advertencia a Walter. —Si... y hubiera sido muy divertido —menciono fingiendo tristeza. Después de terminar el almuerzo Ashlynn se dirigió a clase de literatura con Marianne, Corinne ella se encontraba en su mesa con su compañero al verla le saludo. 


— ¡Ashlynn! —le sonrió su amiga desviando sus violáceos ojos a la chica que la acompañaba ambas se miraron un momento evaluándose cosa que la hizo sentir fuera de lugar. Rápidamente se aclaro la garganta llamando la atención de las chicas. —Corinne, te presento a Marianne es la novia de Walter —hablo señalando a Marianne quien parecía que volvía a su estado alegre. —Mucho gusto Corinne Byerns —sonrió estirando su mano en un saludo que para Ashlynn le pareció demasiado formal. —El gusto es mío, mi nombre es Marianne Blackthorne —le respondió dándole su nombre completo apretando suavemente su mano sonriendo de lado. .


— ¿Blackthorne? —pregunto Ashlynn confundida. —Si, Blackthorne —Le confirmo Marianne. — ¿Eres algo de la familia Lekozlova? —pregunto con curiosidad. —Si, Carmilla es mi prima—Contesto alegremente en ese momento llego el profesor y comenzó la clase. La siguiente clase no le tocaba con ninguno de los chicos tenía una mesa para ella sola, cuando el profesor Everett les pidió leer el siguiente tema de trigonometría.

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