Extra

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Seis meses después del epílogo...

—Hola, mi cielo—tomo a Noah entre mis brazos y de inmediato para de llorar haciéndome sonreír—. Oh, eres un pequeño mimado, mi pequeño mimado.

Reviso que Hailey esté dormida antes de sentarme en la mecedora de la habitación de los mellizos y ubico a Noah cerca a mí antes de sacar mi pecho y guiarlo a su boca dejando que empiece a succionar.

Joder, sigue doliendo un poco.

Aún así, es lindo. Ser mamá es la mejor oportunidad que me ha ofrecido la vida y estoy tan maravillada con mis hijos que podría llorar cada vez que me miran como si fuera su mundo entero.

Cierro los ojos un par de segundos mientras tarareo la melodía de You Are My Sunshine y acaricio la mejilla de mi pequeño Noah.

Abro los ojos sonriendo ante la vista de sus ojitos fijos en mi mirándome como si estuviera completamente maravillado.

Hailey empieza a llorar y respiro profundo levantándome sin apartar a Noah de su comida mientras tomo a Hailey dejándola esconder su cabeza en mi cuello mientras me dirijo al sofá y me las arreglo para acomodar la almohada en mi regazo antes de ubicar a los mellizos a cada lado y dejar libre mi otro pecho dejando que Hailey coma.

—Ustedes, hijos míos, me ven como si fuera una vaca —los miro mientras ellos mueven sus manos succionando mis pechos y sonrío recordando que día es—. Feliz medio año, mis pequeños angelitos.

Hoy hace seis meses tuve la dicha de ser madre, y sin duda de pasar un par de días mirando a mis hijos asegurándome de que no estaba viendo doble y que realmente tenía dos hijos.

—Buenos días—Reece se asoma en la puerta y le doy una sonrisa mientras entra con un plato de comida—¿Hambre?

—¿Ellos? Sin duda—miro a los niños—¿Yo? Muero de hambre

Ríe sentándose a mi lado y toma un poco de los huevos con jamón llevando una cucharada a mi boca para que pueda comer

Esta es nuestra rutina; se levanta antes que yo, adelanta un poco de trabajo de oficina y hace el desayuno, luego yo me levanto y les doy de comer a los mellizos -a veces él lo hace dejándome dormir un poco más-, él me da de comer mientras yo hago lo mismo con nuestros hijos, luego yo lavo los platos mientras él les saca los gases y así transcurre el resto del día rotándonos a los mellizos mientras el otro hace el resto.

Y admito que me aprovecho de Reece porque cocina delicioso.

—Tengo algo para ti abajo—deja un casto beso en mis labios antes de darme otra cucharada de comida—. ¿Dormiste bien?

—Más o menos, estuve terminando algunas cosas—me encojo de hombros y él se inclina a besar mi mejilla y después mis labios—. ¿Ganas de mimos?

—Siempre, mi hermoso ángel—murmura acariciando la mejilla de Hailey—. Y hola a ti, mi pequeño angelito

Hailey mueve sus brazos en dirección a su padre y río mientras él besa la mano de nuestra hija. Volteo a ver a Noah, que está completamente dormido y saco mi pecho de su boca antes de entregárselo a Reece para que saque sus gases

—Ven—pide poniendo un pañuelo sobre su hombro antes de recostar a Noah en él y dar suaves palmaditas en su espalda

Me levanto acunando a Hailey mientras come y ambos salimos de la habitación cada uno con un bebé en brazos

Bajo las escaleras y justo cuando piso el último escalón me quedo congelada viendo todos los arreglos de rosas rojas, blancas y rosadas por todos lados.

Prisioner [Reece Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora