Anneliese agradeció su amabilidad y se despidió de ellas antes de salir de la sala.
Aunque, aparentaba estar tranquila delante de ellas, en realidad se sentia confundida y dolida.
Decaída ella vuelve a entrar en la habitación y se queda unos minutos apoyada en la puerta, con la mirada perdida al vacío, sintiendo como si hubiera caído en un pozo profundo, del cual no sabía cómo salir.
¿Anneliese, que ha pasado? - Preguntó Christian preocupado que, al verla en ese estado - ¿Qué te han dicho?
Sin embargo, sus preguntas no tuvieron respuesta, hasta varios minutos después, y aunque sentia como la desesperación se apoderaba de él, decidió esperar con tal de no presionarla.
El silencio que parecía haberse adueñado de la habitación, desapareció cuando ella finalmente, se alejó de la puerta, volviendo a sentarse en la silla que estaba cerca de su cama.
Cuando sus miradas vuelven a encontrarse, Christian se percató de que sus ojos estaban enrojecidos y al ver sus mejillas húmedas, entendió la razón de ello. Anneliese, tenía un nudo en la garganta, sintiéndose incapaz de hablar sin volver a derrumbarse, por lo que le tendió el informe que Monique le habia entregado, unos momentos antes, sobre los resultados de los análisis de su abuela.
Al tomar esos documentos, sus dedos se rozaron con los suyos, pero ella parecio no darse cuenta, y en modo automático, le fue resumiendo lo que le habian dicho.
Él tras leer los resultados, dejo el papel encima de la mesita de noche, y poniendo su mano sobre la suya, con la intención, de hacerla sentir mejor y poder aliviar un poco el dolor de volver a revivir esos momentos dolorosos.
¿Qué vas a hacer ahora? - preguntó Christian, tratando de encontrar alguna forma de aliviar la carga que ella llevaba.
- No lo sé. - Anneliese suspiró y se encogió de hombros, con la mirada perdida en el vacío. - Lo unico de lo que estoy segura, es que me siento tan sola y perdida.
Christian podía sentir su tristeza y dolor, y eso lo llenaba de impotencia. No sabía qué hacer ni qué decir para hacerla sentir mejor. El silencio volvio a llenar la habitación y solamente era interrumpido por el sonido de los pájaros fuera.
Finalmente, después varios minutos, Christian harto de tanto silencio, quiso decirle algo, pero un golpe en la puerta, le interrumpió. Era una enfermera que les avisó que el horario de visitas había terminado.
Anneliese, asintiendo y secando sus lágrimas, se levantó para irse, pero Christian, era consciente que, si la dejaba ir, cabía la posibilidad de no volver a verla. Y aunque lo deseaba, sabía que no podía levantarse y seguirla, por lo tanto, antes de que se alejara y no pudiera detenerla la cogio del brazo.
- ¿Volverás mañana? -preguntó él, sin soltarla.
Anneliese se sintió desconcertada. ¿Por qué quería que volviera? Ya habían hablado de todo lo que había que hablar. Pero antes de que pudiera decir nada, Christian se dirigió a la enfermera.
--Por favor, déjennos unos minutos más.
La enfermera, mirando su reloj, accedió a regañadientes y les concedió tres minutos más, antes de irse y cerrar la puerta detrás de ella.
- ¿Por qué quieres que vuelva? - Pregunto Anneliese, desconcertada y la confusión era visible en su rostro.
-Porqué me gustaria poder llegar a conocerte y saber más acerca de ti. -Respondió, Christian con decisión, clavando sus ojos almendrados en los suyos, tratando de hacerla entender, lo mucho que le importaba. Y lentamente fue aflojando el agarré de su brazo. -
Sé que todo esto puede parecerte precipitado, pero es la verdad.
Anneliese, por su parte, aunque su corazón latiera con fuerza en el pecho, ante su petición, no se dejó convencer.
¿Sabes? - Soltando un breve suspiro, ella calló un momento antes de continuar - No te conozco, y tú no me conoces a mí, no sabemos nada uno del otro. ¿Por qué quieres acercarte a mí? - Anneliese, trataba de controlar sus propias emociones, al estar tancerca uno del otro.
- Por favor, tienes que creerme. - Los ojos almendrados de Christian se clavaron en los de Anneliese, tratando de transmitir toda la sinceridad y determinación que sentía. - Sé que esto puede parecer precipitado, pero no quiero volver a perderte.
- ¿Lo dices enserio? - Preguntó Anneliese, mostrándose totalmente escéptica. ¿Puedo preguntar, qué harás cuando descubras una parte de mí que no es de tu agrado? ¿Eres consciente de que ya no podrás volver atrás y no podrás reparar tu error? - Ella, seguía sin estar convencida de la sinceridad de sus palabras y lentamente, con una sonrisa que no llegaba a los ojos, se inclinó hacia él y apoyando una rodilla en la cama, fue acercando su rostro al suyo, quedando lo suficientemente cerca, provocando que sus miradas se cruzaran.
Christian por su parte, al tenerla tan cerca le hizo darse cuenta de cuanto la habia extrañado. Si bien era cierto que, debido a su inmadurez, termino por hacerle mucho daño en el pasado, pero dos años despues de ese incidente, cuando volvieron a verse solo durante cierto periodo de tiempo, fue que se dio cuenta de que se habia enamorado de ella. Intento en varias ocasiones, acercarse a ella, pero habia muchos obstáculos en su camino y sí en realidad quería solucionar las cosas entre ellos, debia darle tiempo y no forzarla.
Sin embargo, dos años después, aquella noche gracias a su hermana finalmente se le habia presentado la oportunidad de arreglarlo todo y por fin pudo averiguar más acerca de ella, pero lamentablemente todos los planes que habia hecho, se truncaron, al sufrir ese accidente, donde toda su vida, cambio por completo. Aunque en un principio, pensó que todo su mundo se habia llenado de oscuridad, al despertar y descubrir que ya nada sería igual que antes. Pero tras enterarse que ella siempre estuvo a su lado, mientras estaba inconsciente, fue como si le hubieran devuelto las ganas de vivir.
Ahora que por fin la tenía delante, no podia dejar de pensar en lo hermosa que se veía, con su cabellera color miel y sus ojos azul zafiro que parecían hechizarle.
Durante lo que parecio una eternidad, ambos fueron perdiéndose en la mirada del otro sin articular palabra alguna, hasta que su respuesta la tomo por sorpresa y lo que paso a continuación, sucedió de tal forma que ella se quedo sin aliento durante varios segundos sin saber como reaccionar o que decir.
¿Por qué no me das una oportunidad de conocerte mejor? – Christian, rompiendo el incómodo silencio que había entre ellos, y con ayuda de sus brazos, se sentó de tal forma para poder mirarla con más detenimiento mientras con suavidad fue acariciando con sus dedos, la suave y delicada piel de Anneliese, tomándola por sorpresa.
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El amor no tiene barreras
Roman d'amourA pesar de sus intentos de soltarse, él fue apretándole el brazo con más fuerza, haciéndola sentar en su regazo. Ella evito mirarlo a los ojos, sin embargo, él con delicadeza fue alzando la barbilla de la joven provocando que sus miradas se encontr...