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Para resumir un poco lo que pasó después de encontrar a los chicos junto a los archivos, fue básicamente que la junta directiva quiso "ignorar" todo. La única "solución" que vieron fue echar a Guido por formar parte de ese grupo tan peligroso que atormentaba a todos los becados.
Ahora mismo la mayoría de los alumnos de tercer año se encontraban en su respectiva aula. Digo "la mayoría" ya que faltaban: Manuel, Marcos, Irene, Marizza y Cole.
Tomás trataba de llamar a su madre, pidiendo que vaya al colegio y que de paso les avise al resto de los padres. Todo eso mientras Mansilla intentaba distraer a Renata, la profesora de matemática. La mujer al escuchar la preocupación y desesperación de su hijo en la llamada, quiso ir lo más rápido posible.
── ¿Qué pasa acá? ¿Qué pasa, Tomás? ── Todos vieron a la joven madre entrar por la puerta, mientras que tras ella iban entrando el resto de los adultos que pudieron ir.
── ¡Mami!
── ¿Qué pasa? Son los únicos que pudieron venir. ¿Qué pasó, mi amor?
── Dunoff, ¿nos puede explicar qué es todo esto? ── Bustamante fue el primero en dirigirse al director, el siguiente fue Johnny.
── ¿Para qué era la urgencia de venir en este momento?
── N-no. ── Se escuchaba el nerviosismo del adulto al tener a esos dos hombres frente a él. ── Tranquilos, señores. Todo esto seguro es una cosa de chicos.
── ¿Cosa de chicos? ... ¿Usted cree que venimos hasta acá para que me diga que es cosa de chicos? ── Al terminar de hablar, por la puerta entraron la pelirroja que faltaba, Rodrigo y Cole. Ese último iba tratando de retener al penúltimo.
── ¡Cole! ── Se escuchó la voz de su madre, para que la siga su marido.
── Hijo, ¿qué haces? ¿Qué está pasando aquí?
── Estoy bien, estoy bien. Pasa que Rodrigo secuestró a Marizza para castigarla. ── Trató de explicar el castaño.
── Si, Cole me salvó pero Rodrigo casi lo mata. ── Eso último hizo que los padres de los dos mellizos abran los ojos del asombro por lo que estaban escuchando.
── ¿Secuestro?
── ¿Usted sabía todo esto, Dunoff? ── Bustamante tampoco podía creer todo eso.
── ¡Usted vaya inmediatamente a mi despacho, voy a llamar a sus padres en su presencia! ── Se dirigió al líder de la logia. ── No, les aseguro que yo no sabía absolutamente nada. ── Eso último provocó que el salón se inunde en abucheos y reclamos hacia su director.
── Hay algo que los padres tienen que saber. Acá pasa algo grave ... hay una logia. ── Habló Mansilla.
── ¿Una l --? ... ¿una logia? ── Esa vez pudieron volver a escuchar a Karen. La mujer se encontraba acariciando el brazo de su hijo, tratando de que se calme.