—Ah...ah...dios...—jadeaba.
—No pares, lo haces perfecto—me alentaba, asentí.
—Vale, pero me duele todo. Aunque me gusta.—era cierto, era un dolor rico.
—Te dije que te gustaría, hay que probar cosas nuevas.— sonrió.
—Supongo.
—¿Supongo?.—alza una ceja.
—Espero no arrepentirme de esto mañana, debido al dolor en mis músculos, hacer ejercicios no es mi fuerte.—dije, mi hermana negaba con la cabeza.
—Ya no hay vuelta atrás, me lo agradecerás cuando veas que el vestido azul ese que tanto te gusta, te queda perfecto.— joder, me encantaba ese vestido.
—¿Falta mucho?—Ya estaba muy cansada.
—Ya que es tu primer día, creo que es suficiente, ve a la caminadora unos minutos y puedes irte.
Música para mis oídos.
Hice lo que me dijo y luego tomé mucha agua.
Mis músculos se sentían extraños, caminar era raro, sin embargo se sentía bien, con cada paso que daba me iba recuperando.
Sé que soy una exagerada, pero comprendan que para una persona tan vaga cómo yo, haber terminado esa rutina de ejercicios era mucho más que un reto.
Todavía no creía que me hubiera convencido de hacer esto.
Pasé a la cocina, a lo lejos visualicé un paquete de galletas con chispas de chocolate, el cual pensaba utilizar en la mañana para molestar a Madison.
Esto no es bueno.
Será mejor que lo guarde para no caer en la tentación.
Me acerco a la mesa dónde dejé las galletitas, tomo el paquete y voy a guardarla junto con lo demás, espera...no, eso no es buena idea, vería más golosinas y sería peor.
Mejor me la como, no pasa nada por una vez, además según Oscar Wilde:
“La única manera de librarse de la tentación, es ceder ante ella”.
Abrí el paquete y probé una, esto está delicioso, el chocolate me vuelve loca. Tomé otra, otra más y así hasta que acabé con el paquete.
¿Me liberé de la tentación?...No, ahora quiero más, creo que estoy aplicando frases en dónde no van, solo para justificar que soy una comelona sin fondo.
En fin, perdón Oscar, se que te utilizé, lo siento.
Resistí y no busqué más golosinas, por ahora. No sé cómo puede Madison.
Fui a darme una ducha y ya seca salí. Se sentía relajante, mi piel ya no estaba toda sudada.
Aburrida...
No tenía nada que hacer, le dije a Víctor que estaba ocupada, eso porque iba a hablar con Nicolás el cual se fue ,y Madison seguía en el Gym supongo o por alguna otra parte de la mansión.
Podría quedarme todo el día aquí o salir a dar un paseo y elegí lo segundo,¿Por qué siempre elegía lo segundo?.
No importa, me puse unos jeans ajustados y un top negro, junto con unas deportivas del mismo color. Me recogí el cabello en una perfectamente peinada coleta.
No tenía idea de a dónde ir, solo salí a ver dónde me llevaba el camino.
Podía ir a la playa, pero la verdad no tenía deseos, podría ir a un bar, pero no quiero terminar borracha otra vez, podría ir al lago, pero no quiero ir sola. ¿Qué hago?.
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A Toda Profundidad
RandomNunca desee tanto como ahora, que mi vida fuera un cliché. Definitivamente eso parece, pero...se darán cuenta de que no lo es, nada que ver. Una historia, con sucesos inesperados, suspenso y deseos de más, la comedia no se queda atrás por supuesto...