Jiwoong y Matthew terminaron su relación hace más de 10 años y su hijo, Gyuvin, hace todo lo posible para averiguar las razones.
- Contiene M-preg
- Ligero contenido +18 (la historia original tiene
smut pero por mi comodidad saltare esas partes)
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—¿Se puede saber en dónde te metiste ayer sin decirme nada? me preocupaste tanto... no vuelvas a hacer algo así, tonto.— se quejó el pelirosa siguiendo de cerca al más alto en los pasillos de su escuela.
—No te debo explicaciones.
Yujin suspiró. —Lo sé, pero eso no quiere decir que puedes irte así como si nada cuando se te dé la gana y dejarme preocupado y solo. — detuvo su andar haciendo que Gyuvin haga lo mismo pero sin verlo aún. —Gyuvin... ya te he dicho que cuando quieras escaparte a Canadá lo hagamos juntos. ¡Yo tampoco quiero seguir viviendo con mi familia! — trató de aligerar el ambiente consiguiéndolo al notar una pequeña sonrisa asomarse en los labios del pelinegro.
—Está bien, cuando me escape de casa te avisaré. Pero ayer solo quise irme de aquí, no soporto este lugar y tu no parabas de decir estupideces.
—¡¿Estupideces?!
Gyuvin siguió caminando como si nada. Rodó los ojos al escuchar los quejidos de su amigo.
—¡Lo hago por tu bien! No me gustaría que alguien te hiciera daño... — suspiró. —No me perdonaría saber que pude hacer algo antes para evitar que te lastimen y no lo hice solo porque pensé que podrías ser feliz.
—Yujin, si lo dices así suenas como un psicópata sobreprotector. Me harás más daño comportándote de esa manera, además, lo dices como si lo único que te importa es estar bien contigo mismo, y se que no es así porque realmente te preocupas por mi.
Yujin no dijo nada más y se dedicó a pensar en sus palabras. Sabía que tenía razón. Además, Gyuvin no era ningún niño, el no necesitaba ninguna niñera o alguien que le cuide la espalda porque odiaba sentirse protegido, y aunque fuera dos años menor que él se comportaba de una manera tan madura que hasta al mismo Yujin le sorprendía. Pero el dejar mostrar su lado brillante solo a el y nadie más de alguna manera le hacía sentir especial y quería demostrarle a Gyu cuan importante era el en su vida.
¿Había algo de malo en eso?
Pues sí, cuando te obsesionas tanto por el bienestar de una persona y no dejas que nada lo lastime a tal punto que no lo dejas vivir su vida normal y te conviertes más en un guardaespaldas que en su amigo.
¿Dónde estaba el amigo que Gyuvin necesitaba en este momento?
¿Dónde estaba esa persona que le dijera que darse por vencido no debería estar siquiera en su vocabulario?
¿Dónde estaba quien le ayudaría a buscar a su madre?
Porque Yujin no se estaba comportando como su amigo. Era como la versión amable de su abuela o su padre, pero aún así no cambia ese comportamiento manipulador, así que, en realidad ¿Quien estaba lastimando a quien?
— Te ayudaré. — dijo después de unos minutos de silencio. Ambos ya se encontraban en su salón de clases.
Gyuvinse quitó sus airpods cuando vió los labios de Yujin moverse. —¿Ah?