Capítulo Veintiséis

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Matthew disfrutaba de su agradable soledad mientras leía un libro de ciencias en el parque de la recién ciudad a la que se había mudado, Seúl.

Estaba sentado sobre un columpio para niños en el área de juegos que curiosamente estaba deshabitado. En su defensa, todas las bancas del lugar estaban ocupadas por señores mayores y él no tenía el corazón para quitarles el puesto.

Su solitaria paz se vió interrumpida por una curiosa silueta que tapaba la iluminación con la que leía, haciéndolo levantar la cabeza y encontrarse con un alto chico pelinegro que lo veía con curiosidad.

—¿Puedo sentarme aquí? ¿O debo mostrarte mi acta de nacimiento para demostrarte que definitivamente tengo seis años? — preguntó con humor.

—Adelante, ya me encargué de patear a unos cuántos niños que querían el lugar. — respondió igual de sarcástico.

El contrario rió y entonces Matthew pudo apreciar su bonita sonrisa.

Se sentó al lado de Seok y este reanudó su lectura. Hasta que algo llamó su atención...

—¿Vas a mi misma escuela? — preguntó curioso. Había logrado ver el uniforme que el contrario traía en su mochila cuándo la abrió para sacar sus libros de texto.

El chico asintió. —Eres un grado menor que yo.

Matthew trató de recordar su rostro pero la verdad es que nunca lo había visto.

—¿En serio? Creo que no te he visto por ahí...

Vio al contrario reír. —Eso es porque te la pasas metido en la biblioteca. — dejó de reír al darse cuenta de lo que había dicho. —L-lo sé porque... Euelo ir por unos libros.

Matthew enarcó una ceja. —¿Acaso me espías?

—¡No! — el chico se sonrojó a más no poder.

Matthew sonrió. Era demasiado tierno.

—Osea si te he visto y me pareces un chico muy lindo, hermoso, a decir verdad, eres... Vaya, demasiado bello pero eso no quiere decir que te espíe por eso, simplemente me pareces tierno e interesante y, oh Dios, ¿Cuándo voy a callarme?

Matthew estalló en carcajadas haciendo que el contrario sonriera tímidamente.

—A partir de ahora yo también te espiaré. — dijo para no hacer que el chico se avergonzara más de lo que ya estaba. —Me llamo Matthew, por cierto.

—Lo sé. — dijo seguro de sus palabras. —Digo... Mucho gusto, Matthew. — ambos volvieron a reír.

La verdad nunca había tenido un admirador.

Se sentía... Bien.

—No me has dicho tu nombre.

—Oh cierto. — sonrió nuevamente. Matt se preguntaba si el chico tenía idea de lo adictiva que era su sonrisa.

"Our baby Gyuvin" - MattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora