Jiwoong y Matthew terminaron su relación hace más de 10 años y su hijo, Gyuvin, hace todo lo posible para averiguar las razones.
- Contiene M-preg
- Ligero contenido +18 (la historia original tiene
smut pero por mi comodidad saltare esas partes)
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La vida de Gyuvin era una completa mierda.
Y no, ni aunque lo creas, no es sarcasmo.
Por alguna razón sentía que cuando se había escogido el lugar en el que debía nacer, lo habían enviado al peor existente entre todos.
Cualquiera pensaría que estaba exagerando. Cualquiera pensaría que hay personas que viven peor. Cualquiera pensaría "¿Cuál es el problema siendo el hijo de Kim Jiwoong?"
Pues Gyuvin puede enumerarte todas sus razones si el quisiera y aún así le sobrarían muchas otras. Empezando con la desagradable razón de que su padre parecía ser aún un hijo de mami. No podía independizarse y aún seguía viviendo en la casa donde se crió y creció consiguiendo así que Gyuvin tenga que vivir con la bruja de su abuela.
Esa señora se había ganado el odio de Gyu desde que tenía memoria. No solo critica todo lo que hace, también se mete mucho en su vida y no lo deja en paz en ningún momento. Siempre quiere saber con quienes va a salir, cuántas tareas ha hecho, cuántas calorías ha consumido, qué clase de música escucha, a qué hora se duerme, cuánto dinero ha gastado y sobre todo: a qué edad piensa madurar.
Decir que su abuela es un grano en el trasero le queda muy corto y es una completa falta de respeto hacia los granos en el trasero.
Esa siempre será la razón #l por la cual odia vivir en esa horrible mansión de mierda (como le gusta llamarle) pero tampoco soporta otros factores cómo el de que su padre y su abuela viven entrenándolo a diario para ser el heredero de la más grande empresa distribuidora de alcohol que ellos quieren que sea.
Porque si, además de ser la marioneta de su padre y su abuela, también tiene que soportar vivir en un lugar donde se bebe alcohol como si fuera agua.
Cada día pensaba en una forma de escaparse de su casa sin que sus parientes o empleados se den cuenta y el pueda vivir su vida al máximo sobre su patineta mientras escucha a sus artistas favoritos de KHH. El sueño de un simple adolescente de 15 años.
Claro que aún no tenía la valentía suficiente para hacer eso. Tenía miedo de que una vez lo haga su padre envíe un helicóptero en su búsqueda y luego tenga que vivir encerrado en casa recibiendo clases virtuales y en lugar de tener sus preciados airpods tendría que aprender a tocar el violín.
No, no y no.
Hasta ahora la historia de Gyuvin no parece nada más que la simple historia de un niño rico malcriado y berrinchudo en plena pubertad. Pero la siguiente razón por la que Gyu odia su vida es una que nadie podría soportar.
La esposa de su padre.
Si bien tiene cara de ángel, y es tan preciosa como toda actriz de k-dramas, ella es el claro ejemplo de que las apariencias engañan.
Cuando está con su padre es una santa, un corderito inocente que no mataría ni una mosca. Pero cuando se encuentra a solas con Gyuvin o cuando su abuela la está acompañando, esa mujer es una jodida víbora.
