Capítulo 4

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Varias semanas habían pasado desde que Enid y Merlina tuvieron su primera "cita" en aquel café, por supuesto, luego de aquella salida, le siguieron varias, algunas a solas, otras acompañadas por Yoko y Divina, quienes resultaron ser amigas de ambas, también se les solía juntar Ajax, el cual era el mejor amigo gay de Enid.

Claro está, no todo era miel sobre hojuelas, ya que las personalidades de la pelinegra y la rubia solían contrastar demasiado, mientras que Enid era enérgica, extrovertida y risueña... Merlina, bueno, ella era todo lo contrario, tosca, burlona y con una cara de culo que sin duda alguna presagiaba la muerte, todo eso las llevaba a tener pequeñas discusiones de las que sus amigos más cercanos ya se habían acostumbrado.

—Por enésima vez, Sinclair, no iré —sentenció Merlina, era la cuarta vez que se negaba a la petición de su futura prometida.

—Por favor, Merlina —suplicó Enid con un puchero de esos que según las demás personas jamás fallaban, aunque claro está, esas personas no conocían a la pelinegra.

—Ya dije que no, es mi última palabra, así que te pido que la respetes.

—¡Pero hasta Eugene y Pericles irán! —se quejó la rubia, no podía creer que su plan infalible hubiera fallado, eso nunca le sucedía.

—Sinclair, no accederé a tu capricho de ir al estúpido parque de atracciones con las Yokovina, Eugene, mi hermano y tu amigo con complejo de princesa de Disney —negó la pelinegra mientras hacía lo mismo con la cabeza.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan terca? —exclamó Enid, sintiendo la frustración y el enojo crecer dentro de ella.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan insistente? —respondió Merlina con la misma intensidad en su voz.

Ambas se quedaron en silencio, mirándose fijamente, sintiendo la tensión entre ellas. Después de unos segundos, Enid habló de nuevo, pero esta vez su voz era más suave.

—Lo siento, no quería que esto se convirtiera en una pelea.

—Mmm... —respondió Merlina, relajando sus hombros pero manteniendo su expresión. Hubo un momento de silencio incómodo antes de que Merlina rompiera el hielo—. Escucha, no me gusta mucho la idea de ir al parque de atracciones, pero si es tan importante para ti, puedo considerarlo.

Enid sonrió ampliamente, sintiendo que el peso se levantaba de sus hombros.

—¡Genial! Te prometo que será divertido, ¡te encantará! —exclamó alegre al ver que había logrado su cometido.

Merlina soltó un suspiro y rodó los ojos.

—Solo espero que no vomite en las atracciones —bromeó la pelinegra, haciendo reír a Enid.

—¡No lo harás! —aseguró la rubia, dándole un suave golpe en el brazo.

Después de ese pequeño altercado, Enid y Merlina acordaron ir al parque de atracciones con sus amigos. Durante todo el día, la rubia se dedicó a planificar todo, eligiendo las mejores atracciones y asegurándose de que todos estuvieran en el mismo lugar a la misma hora.

Finalmente, llegó el día y todos se encontraron en la entrada del parque de atracciones. Enid estaba emocionada, saltando de alegría, mientras Merlina se mantenía callada, observando su entorno con una expresión neutral. A pesar de que no le gustaba mucho la idea de estar allí.

—Aún es raro para mí que ustedes dos estén comprometidas —menciono Yoko en forma de saludo y Divina asintió.

—Si bueno, no es como si tuvieran otra opción —comentó Pericles.

Cosa Nostra (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora