Parte II de la bilogía "Amores reales".
-¡Alhena, él ha regresado! -Recibe Alhina feliz.
-¿Quién? -Cuestiona dejando su casco.
-Cumplió su promesa -la mayor sigue sin entender.
-No entiendo lo que dices, ¿cuál promesa y quién la hizo?
-¡Joder! -Exc...
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Las puertas del enorme salón decorado al estilo de la época medieval son abiertas dejando entrar a la familia real de Velgorymonth. Se siente como si fuera la escena de la película de "Orgullo y prejuicio" donde entra Mr. Darcy, Charles Bingley y su hermana Caroline en el baile. Todo el mundo deja de hacer lo que está haciendo para poner toda su atención en ellos.
Es una fiesta ambientada en una época, por lo que todos lo invitados visten de manera adecuada. Claramente algunos vestuarios son una inspiración más que una imitación. Los reyes, las princesas, el príncipe y Theo no son la excepción.
Todos iban de colores distintos, Alhena de rojo, Ahlina de verde, su madre de un color blanco con azul, todas con vestidos muy bien detallados, con encaje y muy poca pedrería. Mientras que los tres hombres llevaban una combinación de negro, azul marino y blanco con detalles en oro.
De los techos colgaban banderines con el antiguo estandarte del reino. De fondo dos espadas cruzadas y de frente un castillo con tres torres. Actualmente ya no se utilizaba tanto, pero para los ciudadanos es un símbolo de la realeza muy importante.
Los presentes, esperaron hasta que la familia real se pusiera cómoda para poder comenzar con la primera pieza de baile. Respetando una antigua tradición velgoriana.
Consistía en que, en cada baile donde la familia real estuviera presente, la primera pieza musical debería ser danzada por el rey o reina actual con el futuro monarca. Aunque Alexandri lo ha hecho un poco a su manera, él nunca baila solo con Alhena. Siempre baila con sus dos hijas, mientras que Serem baila con Eris. Ambos padres nunca habían hecho distinción entre sus hijas y lo bailes no serían la excepción.
La invitación se le había hecho llegar a la casa de campo, ya que se sabía que las gemelas estaban ahí. Fue por esa invitación que el primer beso de Theo y Alhena se había interrumpido.
La canción comienza y Alex toma de las manos a sus dos hijas, quienes antes de empezar a bailar, hacen una reverencia que su padre imita. Valsan lentamente siguiendo el ritmo de la canción hasta que llega un momento donde hace que ambas den una vuelta y sonríen.
Serem sostiene con firmeza la mano de su hijo, sabe bien que el baile nunca ha sido su fuerte, pero lo disfruta. Eris trata a su madre con mucha suavidad y ternura. Y antes de hacerla girar, deja un beso en su mejilla que provoca que la castaña sonría.
Theo admiraba esa escena como encantado, sus futuros hijos crecerían así. Rodeados de amor y felicidad. Tal y como su adorada Alhena y él crecieron. Porque si, él no tuvo a su padre, pero tuvo una madre, una tía y una abuela que lo criaron con todo el amor del mundo.
El primer baile termina, la familia real regresa a sus lugares. Y ahora es turno de que Alhena saque a bailar a su novio.
—Theo, vamos a bailar —dice ofreciendo su mando.
—Haré el ridículo, pero valdrá la pena solo porque eres tú. —Sonríe tomándola y dejando un corto beso sobre el dorso.
—No importa hacer el ridículo. Solo me importa bailar contigo.
