7. Suspiros que consumen el tiempo

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Era casi una ley, Becky no era la mejor para las reuniones sociales, ni las relaciones sociales ni lo que sea que involucrase mucha interacción social. Lo cual es raro en una periodista, pero tal vez aquello se debía a que era más observadora que una buena habladora, por algo había escogido un trabajo que requería escribir y poco hablar la mayoría del tiempo.

Pero, en conclusión, no le gustaban las multitudes, las aborrecía, la hacían sentir nerviosa, estaba en su personalidad y en un hecho que ocurrió hace muchos años y que a decir verdad... Desearía olvidar.

Volviendo a su presente, en esta ocasión la pequeña reunión improvisada en su casa tampoco le estaba favoreciendo. No es que quisiera o estuviera ante una estrategia para conquistar a Freen, pero no iba a negar que la invitación para tomar algo aquel día era justamente para poder estar un momento más a solas con ella.

No pretendía mucho, pero tampoco estaba pasando nada. Una vez la morena la dejo con el corazón roto a los 17 años y eso no lo iba a olvidar, pero decidió dejar el rencor a un lado sabiendo que eran tan solo unas niñas.

Ahora que eran adultas y Freen había vuelto con su inquietante sonrisa, ya no le dolía tanto como le dolió una vez, sin embargo... Aunque le cueste admitir, la morena seguía siendo un punto débil para ella y ofrecerle ser su amiga era tan de cuidado como tentador.

Al menos era algo y esta vez podía proteger su corazón de cartón basándose en los antecedentes.

Freen en su adolescencia fue aquello que veía como imposible y que pensó que tuvo por un momento.

Si este encuentro se hubiese dado años atrás, era probable que no la quisiera ver, en algún punto de su vida como estudiante universitaria se planteó no darle importancia a personas que quisieran jugar con sus sentimientos, tal como hizo Dashan, la castaña que le pidió unas cuantas citas solo para que su novio la celara. No era amor, pero estaban jugando con ella y eso le enfureció.

Con Freen no fue molestia, con Freen fue tristeza y dolor.

Su madre le dijo aquella tarde cuando escuchaba a la banda Queen en su habitación: "Tienes 17 años, no sabes si estas enamorada" y Becky pensó que tal vez tenía razón, pero ahora tenía 27 y ya lo podía asegurar.

Ella si se enamoró una vez de Freen Sarocha, tal vez no fue un enamoramiento duradero, debido a los evidentes acontecimientos, pero si fue muy intenso. Porque ella era nerviosa, introvertida y callada, pero sus sentimientos eran tan intensos como todas las estupideces que estaba diciendo Heng ahora mismo.

"Te lo juro, Becky es la mejor editora de ese diario, las chicas la deben amar, pero es muy humilde como para admitir eso", Comentaba el castaño sentado en el piso y con las manos en la pequeña mesa del centro de los muebles. Las chicas reían por sus ocurrencias.

Bueno, Faye y Freen lo hacían. Heidi solo estaba pendiente de los pechos de la novia de Heng y de vez en cuando de su teléfono.

Becky por su parte estaba en uno de los muebles individuales y miraba al chico con algo de fastidio. No le gustaba que Heng dijera tantas tonterías que resultaban falsas ya que él siempre lo hacía para hacer reír a los demás o para dejarla a ella bien.

Entendía su intención, pero no la compartía

A su parecer estaba lejos de ser la mejor editora de ese diario y mucho menos tenía mujeres detrás de ella.

"No soy la mejor editora y ¿Por qué iba a tener mujeres detrás de mí?", hace la pregunta inquieta

"Porque las chicas en esta ciudad aman a los triunfadores"

"Estoy de acuerdo", Heidi y su evidente estado de alcohol alzan la mano

Becky niega con la cabeza "Eso no tiene nada que ver"

Corazones de Cartón (Freenbecky version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora