17. Turista en tu propia casa

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Todos los seres humanos tenemos momentos de transe. Intervalos de tiempo en el que actuamos como piloto automático, simplemente dejándonos llevar por las situaciones, lo que sentimos y con quien lo sentimos.

No está mal fluir y vivir cada instante si te causa placer, el problema es que solo nos damos cuenta de que hemos estado en transe cuando salimos de él.

Y eso... Es muy peligroso.

Becky sabia esto, porque lo había experimentado, y Freen por su parte también lo debía saber, pero no tenían la intención de expresarlo ya que estaban justo allí... En ese universo cautivador en donde los besos nunca sobran y la cabeza se deja en el colchón.

Por otro lado... Aquella persona que diga que no sabe lo que es el miedo, o en todo caso, no lo ha sentido, está mintiendo.

Todos tenemos temores, grandes y pequeños. Algunos los reconocemos a simple vista, otros están a punto de saltar, justo en la orilla de un abismo que no termina de mostrarse, y están esos que son peores, los que guardamos en el fondo por orgullo y por vergüenza, haciendo que vivamos en el silencio de un mundo que nunca sabe callar.

Becky era una persona nerviosa y ansiosa por naturaleza, y dicha ansiedad y nervios aumentaron luego de un suceso transcendental en su vida... Pero en general les temía a muchas cosas, como cualquier ser humano, sin embargo, al preguntarle, ella considerara que su lista era más larga de lo normal.

Entre esas cosas incomodas y temidas en su vida, estaban los conciertos al aire libre, donde solía ir demasiada gente alocada. Cuando tenía 16 fue con Nam a uno y casi muere aplastada, juro nunca volver a ir ni que Freddie Mercury resucitara.

También les tenía miedo a las arañas, a las armas de fuego incluso portadas por oficiales, asco a los gusanos y pánico a los mendigos que pedían limosna en la calle.

Odiaba los gritos y la música con excesivo volumen, pero había aprendido a vivir con eso...Sin embargo, había algo a lo cual le temía aún más...

Que destrozaran por segunda vez su flexible, frágil y muy real corazón de cartón.

Las últimas dos semanas habían sido como caminar sobre nubes y saltar arcoíris con lluvia de Brownies celestiales en baño achocolatado

Porque los Brownies siempre caen bien para endulzar la vida, aunque en medio de toda esa dulzura y momentos de cualquier fantasía, existía el temor, la voz que en su interior la llamaba suplicando pensar antes de que la ilusión corriera una milla extra.

Pero, como sabemos, el trance solo lo notamos cuando hemos terminado de vivir dentro de él.

Trato de estar en contacto con Freen durante toda la semana, pero la morena estaba demasiado ocupada con su evento, le atendió un solo mensajes disculpándose y prometiendo una pronta llamada que nunca llego.

Hasta que el jueves la llamo muy temprano en la mañana para decirle que se vieran en su casa esa misma noche.

Becky fue... Pero no se esperaba aquello

Era un jueves a las 8:30 pm y al siguiente día sería el gran primer evento de la empresa de Freen y Heidi en Los Ángeles.

La casa de la morena empresaria estaba algo agitada, Becky se encontraba allí junto a Faye que, al parecer, nunca separaba de ella.

La pelinegra no paraba de hablar sobre mil cosas moviéndose de un lado a otro

También estaba Krit junto a otro decorador con el cual balbuceaban sobre luces, arreglos florales, ubicación de estantes que Becky realmente no entendía.

Corazones de Cartón (Freenbecky version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora