5. La cita de Rebecca Armstrong

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Había llegado el sábado y Becky esos días acostumbraba a salir a caminar temprano. Era recomendación de su médico para liberar la ansiedad que constantemente la visitaba y Picasso era el acompañante casi siempre mientras que Dalí dormía hasta tarde, igual que Heng.

Al llegar generalmente los encontraba aun durmiendo y ella luego de una ducha y un buen desayuno se dedicaba a escribir lo que sea que tuviera pendiente del trabajo o a escribir en general, porque Becky realmente disfrutaba aquello. Plasmar letras en un papel digital o físico eran sus actividades favoritas.

Cuando era adolescente, su madre la encontraba hablando o riendo sola cada vez que escribía y le decía que un día se iba a volver loca burlándose de su actitud, pero Becky en realidad jamás presto atención.

¿Por qué dejar de hacerlo y sentir magnífico placer de registrar maravillosas palabras?

Aquel día no fue la excepción, luego de una larga caminata se sentó a revisar su correo y redactar algunas cosas que tenía pendientes con mucho entusiasmo; llamo a su madre quien le hablo sobre una especie de manada de pájaros de sur América que había llevado su papa a casa y en lo cual gastaba todo el tiempo.

"Trajo más jaulas y pájaros ¡Esto es un zoológico de alas", expreso June alarmada y Becky sabía que su padre amaba a los animales, sobre todo a los pájaros y que su madre al final se terminaba de acostumbrar a ellos, así que le restó importancia al berrinche!

Tuvo una siesta con sus mascotas en el sofá grande de la sala antes de irse a duchar para su salida aquella noche de sábado

Becky llevaba media hora mirando su cabello con detalle, no se veía tan mal, pero tampoco muy diferente a como lo llevaba cada día para el trabajo.

corto, liso y algo ondulado en las puntas.

Se resigno en buscar un estilo diferente y comenzó a maquillarse.

Nunca había sido buena en eso del maquillaje, de hecho, siempre terminaba en una pelea con su delineador o con el ojo rojo, totalmente irritado producto de la brocha para pestañas, sin embargo, con paciencia otra vez lo estaba intentando.

Esperaba no verse como un demonio al terminar y no es que quisiera verse como nunca para conquistar a Freen o lo que sea, no era una cita, no en sentido romántico, pero si quería verse bien en general.

Le había comentado a Heng sobre la salida con la morena y este él había sugerido que fueran al bar donde el tocaba aquella noche.

Becky lo conocía, había buen ambiente y no era tan ruidoso como otros. La gente iba tranquila a escuchar música en vivo

Era una ventaja porque tener a Heng cerca siempre era bueno a pesar de que el chico la molestara mucho con el tema de Freen, a quien no conocía, pero se hacía una idea de que era importante para su amiga, de alguna forma.

Aun la castaña no sabía cómo tratar ciertos temas con la morena. Años atrás tampoco lo sabía y se limitaba a besarla sin parar, ahora esa no era una opción y sentía que por primera vez la conocía de otro modo

Media hora más tardo Becky en terminarse y estuvo lista para irse.

Un sencillo vestido azul oscuro por encima de las rodillas y una chaqueta de cuero sintético al ras de su cintura eran el atuendo escogido.

El cabello estaba a la altura de sus hombros, como siempre y tenía que admitir que se veía bien con el resto de su estilo.

Los lentes decidió dejarlos en casa y colocarse los de contacto que poco usaba, solo en ocasiones donde estorbaban a su imagen.

¿Se estaba arreglando mucho solo para ir a tomar algo con Freen?

Tal vez. Ella no solía tardar tanto ni pensar mucho en que ponerse por una salida como esa, pero no le importo

Corazones de Cartón (Freenbecky version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora