one-sexs Tomtord

moretones

Tord se odia a si mismo, Tom cree que es patético, triste para Tord que a Tom le gustan las cosas patéticas.

[Sadismo, violación, baja autoestima, homicidio no intencional, autolesiones, Dacrifilia, Hematofilia, violencia, estocolmo]

El noruego soltó lágrimas mirando como los cortes en sus brazos derramaban sangre carmín que manchaba toda su blanca piel, quería morirse pero tenía miedo a hacerlo por lo que compensaba su dolor haciéndose daño físico y así olvidar la decepción que tenía por si mismo, dirás que suena patético, pero para la mente cansada del ex militar que despreciaba al mundo, lo era más, sabía que era patético y solo daba pena ajena, había visto morir a muchos y había matado a muchos, merecía la muerte absoluta pero era muy cobarde para suicidarse. Sollozo fuerte sufriendo por el hecho de existir, Tord tenía una autoestima tan horrible que hasta creía que sus problemas eran mínimos a los de otros y se llamaba estupido a si mismo por sufrir por los traumas que a tenido desde la infancia hasta la adultez, se odiaba bastante y lloraba pero jamás pedía ayuda, pues pensaba "todas las personas tienen problemas, no eres el único Tord, crees que la gente quiere escucharte llorar?".

Observó como la sangre bajaba por sus dedos, el cutter fue dejado sobre la cama con sabanas rojas que no hacían notar la diferencia entre la sangre.

-soy un idiota- su brazo ardía por los cortes, estaba tan perdido en como la sangre se derramaba que no escucho cuando el británico de cuencas entró quedándose en la puerta mirando con las manos en los bolsillos.

-es lo que siempre digo- la voz ronca asusto al ex militar lloroso, este se giro a mirarlo, ahí estaba el británico irritado burlándose internamente de lo que con anterioridad era un gran y respetado soldado y ahora solo era un niño llorón, pero exactamente que le había pasado? -maldita sea Tord, solías dar miedo, ahora eres tan patético, solo mira tus ojeras y.. te estás cortando?- observó el brazo rojo por la sangre, no pudo evitar soltar carcajadas avergonzando bastante al muchacho que apretó sus dientes con las cejas arqueadas -cuando creí que no podías ser más patético, me cerraste la boca jaja, no eras tú quien decía que las personas que se cortaban eran cobardes y estupidas?- continuó burlándose del rubio que estaba rojo de la vergüenza, Tom tenía razón era tan estupido -que mierda le sucedió a la basura arrogante que solía odiar?-

El muchacho jugo con sus dedos manchando los limpios de sangre, más lágrimas mojaron su rostro -y..yo..- titubeo, su voz estaba quebrada -soy una mierda... no pude salvarlos y ahora están muertos, mis padres tenían razón, tú tenías razón, todos en la armada tenían razón- lloró intensamente mirando el suelo -soy inútil- rompió en llanto jalando sus cabellos y cubriendo sus ojos mojados con sus débiles manitas, solía tener un cuerpo robusto y formado pero con el pasar de los años después de haber matado por accidente a una madre y su bebé con la cual se había encariñado debido a que la mujer se había comportado como una madre para él, había sentido un gran cariño paternal con aquella mujer, uno que nunca sintió con sus verdaderos padres, ya no pudo más y decayó en una gran depresión, su cuerpo se volvió débil -no merezco el perdón de nadie-

Mientras Tord sufría Tom no podía evitar sentir un cosquilleó entre su entrepierna, sus sentidos sádicos se habían encendido tras ver la patética imagen del muchacho llorando entre hipidos y gimoteos soltando lágrimas y sangre, era la combinación perfecta para encender al alcohólico quien mordió su labio inferior.

-debería morir- el menor acarició su miembro duro apretándolo, siempre pensó que Tord era guapo pero él prefería las cosas bonitas, claro que después del retiro de Tord, este mismo comenzó a actuar tan deprimente y para la definición de Tom, eso era muy lindo y bonito de ver, le excitaba ver al noruego llorar, estaba enfermo y el mismo bajista lo sabía, pero no se molestaba en buscar ayuda, aceptaba sus fetiches tal cuales eran. Comenzó a caminar al ex militar limpiando su rostro pero manchándolo más con la sangre en su brazo que parecía comenzar a detenerse.