10...

246 21 1
                                    

-!¡Kai!!- Ríes mientras Chisaki te abraza de la cadera y te levantas.

-¡Ven aquí!- El ríe junto a tí, empezó a darte besos en la mejilla y cuello mientras se sentaba en el suelo arrastrandote con él.
-Te quedas conmigo- Dijo abrazando tus piernas con las suyas.

-Tengo que ir a trabajar- Seguías en risas un poco más bajas mientras Kai te besaba el rostro y el cuello. 
-¡¡Sueltame!!- Empezó a besar tus labios agarrando tu cara con sus manos mecánicas haciendo que te rieras más.

-Unos besitos más...- Seguía con sus besos hasta que alfin cediste dando besos un poco más profundos. Tu alarma suena, "Casa de Wilburg"  era lo que estaba escrito. 
-¿Wilburg?- Kai agarra tu teléfono y apaga la alarma.

-Ay si- Suspiras agarrando los brazos del joven para salir de ellos sentándose en el suelo.
-Un tipo muy coqueto- Le quitas el teléfono de las manos.
-Y con un hermoso mustang que me pidió hackear- Dices levantandote, agarras los maletines que te esperaban en la mesilla junto to a la puerta.

-¿Hackear?- El se levanta rápidamente y te agarra el brazo.
-¿Estás hackeando carros?- Sus ojos amarillos te miraban con preocupación. Reíste.

-Mi amor, reparo vehículos motorizados, cualquier tipo... pero, esta gente me está pagando... mucho, por hackearles algunas cosas... y yo necesito el dinero, esta casa no se paga sola... y otras cosas que necesitan mi atención.-

-¿tu sabes cual es esta gente no? No cualquiera con dinero pide que le hackeen el auto.-

-Lo sé, mi vida, pero a nadie lo meten preso por hacer a un carro muy rápido, pero sí por manejar lo.- Dices subiendo un poco el volumen de tu voz. Suspiras.
-Mi amor, te amo, pero no vas a lograr nada con esto- Le dices suave, le quitar el brazo y vuelves a dar la cara a la puerta.

-No...no te voy a dejar salir- te agarra del brazo.

-¡¡Sueltame!!- Le gritaste mirándolo a los ojos.

-¿Q...que te pasa?- Nunca te había visto enojada, o almenos no tanto, y mucho menos hacia él.

-Que me quiero ir a trabajar después de haberte cuidado por meses Kai, necesito dinero, se me atrasó la renta, no puedo permitirme perder esta casa, ni mi carro, ni mi comida, ni a mi gato.- Dices para darte la vuelta y abrir la puerta, suspiras otra vez.
-Tampoco te quiero perder a tí, por favor, no lo tomes personal- Dice saliendo de la casa sin más dejando solo al joven preocupado.

¿Quién es Wilburg? ¿Qué hace? ¿Porqué quiere el hackeo? ¿Vende drogas? ¿Líder de alguna mafia? Tiene nombre americano ¿quizás algún espía? ¿En que estaba pensando?

Kai se recuesta en el sofá de la sala mirando al techo, pronto, siente al gato subirse encima. Lo agarra por debajo de las patas frontales y se lo pone de frente.

-Tu mami me gritó- Le dice.
-Nunca se había enojado tanto conmigo...¿Le puedes decir telepaticamente que lamento ser un llorón dependiente y celoso?- Suspira bajando al gato dejándolo recostado en su pecho.
-Pero es que me preocupa...- Acaricia al gato y lentamente se queda dormido.

.

.

.

.

.

Unas caricias dulces y un olor acalorado y sazonado levantan lentamente al joven. Abre los ojos, y frente a él está la mujer que ama, arrodillada junto al sofá, él sonríe al ver que no estaba enojada.

-Hola mi vida...- Dice con su típica dulce y hermosa voz. Se le notaba y olía el recién duchada, y a Kai, lo mucho que había dormido.

-Hola enojona- Kai pone la mano en tu barbilla y resbala sus nudillos a tu mejilla.
-Picarona- Sonríes ante el apodo y te inclinas a darle un beso suave.

La arcángel y el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora