C I N C O

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Lukas miraba muy detenidamente cada detalle que tenía el contrario, lo analizaba con mucha profundidad, el como hablaba, como se expresaba, los gestos que hacía. Todo le parecía de alguna manera, tierna, quería acercarse más a él, pero tampoco quería parecer apurado, o de alguna forma molesto.

--¿Tienes algún otro amigo además del chico de ojitos claros?--le preguntó el castaño refiriéndose a Damián.

--El no es mi amigo, la verdad es que no sé porque se acercó a mí... Seguramente fue por lástima--dijo blanqueando los ojos--¿Por qué? ¿Tú quieres ser mi amigo?--preguntó levantando una ceja.

--Solo si me lo permites--le respondió Lukas desviando la mirada, ya que los ojos tan profundos de Alex hacían que se pusiera nervioso.

--¿Estás dispuesto a aguantar burlas, golpes y demás solo por una amistad?--
le preguntó estando seguro de que se negaría.

--Claro que sí, estoy dispuesto a eso y más--respondió el castaño seguro de sus palabras. Eso logró hacer que Alex frunciera el ceño y comenzara a sentir más curiosidad hacía el contrario.

--Muy bien, aceptaré ser tu amigo, pero eso no significa que confíe en ti--dijo a la defensiva el menor mientras agarraba las tazas para ir a lavarlas, con lo que no contaba era que Lukas lo iba a seguir para poder hablar más con él.

Así fue el comienzo de una gran amistad. Al pasar los dos meses, ellos se volvieron prácticamente como hermanos, eran tan unidos que a veces Lukas pedía permiso para quedarse a domir en la casa de Alex. Se quedaban despiertos hasta tarde, comiendo cosas y bebiendo alcohol. Se hacían bromas y hablaban de lo que pasaba en la escuela y en otros lados.

Los meses siguieron pasando, hasta llegar el día en que Lukas comenzó a actuar muy raro, luego de la llegada de otros tres niños.

--Lu...kas...--habló con la voz bien bajita, ya que el mayor pasó por al lado suyo sin siquiera mirarlo. Éste solo suspiró y siguió su camino al lado de Damián--
No entiendo porqué comenzó a ignorarme tan de la nada... Pensé que éramos amigos--dijo cabizbajo

--Si, su actitud es muy extraña, pero ¿te diste cuenta de lo pegada que está su novia a él?--preguntó señalando en dirección a Lukas, quién estaba intentando quitarse a Ana de encima.

--Si, también lo noté... ¿Crees que sea por la llegada de estos tres chicos?--
preguntó recordándole que habían llegado los del intercambio.

--Si ese es el motivo de la actitud de Lukas, pues me da mucha lástima--
confesó Damián mientras reía levemente.

Ambos siguieron su camino hasta llegar al salón, para desgracia de Alex, Dacre se encontraba allí, y se notaba que estaba con muchas ganas de molestar a su pequeña víctima.

--Dios... Creo que yo mejor...--murmuró, pero cuando se estaba por dar la vuelta para marcharse, Dacre lo llamó.

--¿A dónde crees que vas enano?--preguntó acorralándolo contra la pizarra.

--Yo... yo...-comenzó a balbucear cosas que para los oídos de Dacre no tenían sentido, pero lo que en realidad estaba haciendo Alex era rezar para que no le den otra golpiza de muerte.

--Dacre, déjalo--dijo Damián colocando su mano en el antebrazo del mayor.

--¿O si no qué? actorsito... ¿Me vas a hacer un musical?--preguntó burlón, recordando que había visto y escuchado a Damián cantar para un show musical.

La cara de Damián lo maldijo en mil idiomas distintos, pero más que nada, reflejó una ira que era de temer, si Dacre no le obedecía, las cosas se iban a poner tensas.

--¡Hey suéltalo y déjalo en paz!--ordenó Lukas mientras tocaba la espalda de Dacre, quien inmediatamente se volteó y miró al menor a los ojos.

--¿Quién te crees que eres para hablarme de esa forma Urkijo?--
preguntó Dacre con su típica aura amenazante, lo cual solo hizo sonreír a Lukas.

--Si valoras tu reputación tanto como tu orgullo y tu rostro...-dijo acercándose al mayor--sabrás lo que te conviene--agregó en un murmullo.

Antes de alejarse de Dacre, miro a Alex de reojo y sonrió peligrosamente, luego se alejó de ellos y se fue a su asiento, el bajito no tardó mucho antes de reaccionar e irse a sentar al lado de Lukas.

--Lukas--le murmuró--¿Por qué estás tratándome así? ¿Qué hice mal para que te alejaras tan de golpe de mi?--
preguntó con la voz más apagada que de costumbre.

--No quiero escucharte Alex, solo olvida que alguna vez fuimos amigos--dijo seco mientras veía entrar a los chicos nuevos--si quieres más perdedores en tu grupo, te recomiendo juntarte con esos novatos.--

--Eres un idiota--murmuró enojado arrojándole una pelota de papel, para su suerte la profesora lo vió y lo sacó del aula.

Alex no podía evitar sentir impotencia y dolor por lo que Lukas le estaba haciendo, por fin pudo abrirse con alguien y así le pagan. Ese día el pelinegro se juró nunca más volver a abrirse con alguien, y mucho menos volver a confiar.

Cuando la profesora salió a regañarlo al pasillo, en lo único que pensaba era en como todo ese cariño y afecto que le había tomado al castaño, poco a poco fue convirtiéndose en un odio tan puro que si pudiera meter su perfecta cara en el retrete, quedaría muy a gusto.

--¿Me está escuchando joven Alex?--le preguntó la profesora al ver cómo el muchacho sonreía como todo un auténtico psicópata.

--Si, si, no lo volveré a hacer--dijo blanqueando los ojos harto de la conversación.

Volvió a entrar al aula y se sentó junto a Lukas.

Ni siquiera se miraron el uno al otro, parecían dos desconocidos... No se hablan... No se miran... No notan la presencia del otro... O eso es lo que intentaban.

Ya que uno de ellos, en el fondo... Se moría por hablar.

I HATE YOU? [CARLUKAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora