N U E V E

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Omnisciente:

Alex recogió todas sus cosas de la gran roca, colocó la mochila en el baúl de la moto, y luego se subió en ella encendiendola.

--Sube--ordenó para que Pablo pudiera subir y acomodarse.

Una vez que los dos estuvieron cómodos, Pablo le indicó el camino a Alex y estos se fueron hasta lo que parecía ser una casa en el medio de la nada. Al parecer estaba abandonada, se notaba porque estaba cubierta de plantas, y la madera estaba con moho.

Alex deja su motocicleta un poco alejada y ambos chicos se acercan a la casa. Las chicas ya se encontraban allí, al parecer Pablo estaba llegando tarde.

--Tarde como siempre Pablo--dijo la rizada.

--No nos dijiste que ibas a traer a alguien más--dijo la castaña mirando a Alex.

--Me crucé con él cuando venía, me pareció buena idea que viniera así podemos conocerlo mejor, y él nos puede conocer a nosotros--dijo Pablo con una sonrisa.

La pelinegra asiente convencida por la poca explicación que dio su amigo y le extiende la mano al chico que solamente observaba el lugar, sin importarle mucho lo que hablaban los otros.

Cuando notó que la chica le pasaba la mano, correspondió a su saludo estrechándola, mientras intentaba no mirarla a los ojos.

--Mi nombre es Alba, un gusto conocerte--se presentó, pero se extrañó ya que Alex todo el tiempo miraba hacía abajo.

--Me llamo Alex, el gusto es mío--dijo de manera sencilla y rápida.

--Bueno, ya que todos se presentan--
habló la castaña--mi nombre es Candelaria, por favor no me llames así, solo dime Cande o algún apodo que se te ocurra... No completo, gracias--dijo para luego reír.

--Bien, ahora que todos se han presentado, contemosle a Alex qué vinimos a hacer a esta casa abandonada--dice Pablo evitando el silencio incómodo.

--Antes de eso, tengo una pregunta...--
dijo Alex llamando la atención de los tres chicos--Cande, ¿eras tú quién cantaba en el salón de música en medio del receso?--preguntó al recordar que había oído dos bellas voces provenientes de ese lugar.

La castaña muy avergonzada asintió--
si, yo estaba cantando el día que entraste de golpe... Me habías sorprendido mucho, por eso salí corriendo--confesó rascando su nuca.

--¿Te gustó como cantaba?--preguntó Alba.

--Cantas muy lindo...--dijo algo avergonzado el bajito.

--Tú también cantas lindo Alex, seguramente tus canciones sonarán bien con una voz femenina al lado, ¿te parece intentarlo algún día?--preguntó
Pablo, amistoso como siempre.

--Claro, si ella no tiene problema--
respondió el pelinegro.

--De hecho, me gustaría intentar combinar mi voz con alguien del género opuesto, así que acepto sin dudarlo--dijo emocionada.

--Bueno, ya que arreglaron todo esto, ¿podemos entrar ya?--dijo Alba con un poco de celos al ver que sus amigos se llevaban tan bien con el nuevo.

Todos asienten y por votación deciden quién entra primero, por desgracia de Pablo, él perdió y tenía que cumplir, pero Alex se negó y entró él primero.

Una vez dentro vieron muchísimas cosas que les llamó la atención, platos sobre la mesa... Cuadros colgados, muchas cosas tiradas, parecía que los que estaban en esa casa huían de algo o alguien.

--¿No les parece esto tenebroso chicos?--preguntó Cande, mientras se sostenía del brazo de Pablo quién observaba todo con mucha atención.

--De hecho, este lugar se ve mejor que la casa abandonada que está cerca del lugar donde vivo--habló Alex mientras subía las escaleras.

--Es un chico valiente al entrar de esa forma--confesó Cande abrazándose más fuerte del brazo de Pablo, quién estaba un poco incómodo por sentir los pechos de la contraria frotarse por su brazo.

Alba abría las habitaciones de abajo, encontró mucha joyería y algunos cuadros, pero no sacó nada del lugar en el que estaba. Se acercó a Pablo y Candelaria con una sonrisa en su rostro.

--¿Por qué no usamos este lugar para nuestras reuniones? Se puede hasta ensayar aquí--dijo emocionada.

--Si lo limpiamos bien, también podemos organizar una gran fiesta--dice Cande, ella era la fiestera del grupo.

--Oye, ¿y el novato?--preguntó Alba al no ver a Alex con ellos.

--Subió las escaleras pero hace rato que no baja--habló Pablo--hay que ver si está bien--le dijo a sus amigas para comenzar a subir las escaleras.

--Te agradezco, pero yo no pienso subir--dijo Candelaria quedándose en la parte baja junto con Alba.

Pablo era responsable por Alex, así que se armó de valor y subió.

Empezó a revisar las habitaciones hasta que vio la puerta del ático abierta, subió y comenzó a llamar al menor.

--Alex, ¿estás aquí?--preguntó casi en un murmullo, estaba bastante asustado.

Como nadie respondió, terminó de subir las escaleras, pero al hacerlo la puerta se cerró, dejándolo a oscuras.

--¿¡Hay alguien ahí!? ¡Chicas!--comenzó a gritar y golpear la puerta del ático.

--Que ruidoso eres--dijo Alex detrás suyo logrando que Pablo diera un brinco del susto, había perdido el equilibrio y cayó sentado a un lado de la puerta--Alex río ante lo que acababa de provocar. Le extiende la mano y lo ayuda a levantarse.

--¿Cómo saldremos de aquí? Dudo que las chicas nos escuchen desde tan lejos--murmuró mirando a los ojos del más bajo.

--Una vez quedé atrapado en el ático de mi casa, estas cosas suelen tener una manija desde adentro para poder abrir la puerta en caso de que se cierre, el punto es... Que esto es antiguo, y no vi ninguna manija para poder abrir, genial.--

--¿Y ahora qué haremos?--preguntó con miedo.

--No lo sé, supongo que estamos atrapados--respondió Alex sentándose cerca de lo que parecía ser un gran reloj.

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I HATE YOU? [CARLUKAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora