T R E I N T A Y S E I S

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Anteriormente Alex había pensado que Lukas no llegó a escaparse de las llamas, pero en realidad el castaño había notado que los matones que tenían al menor, habían puesto cámaras que vigilaban casi toda la casa, menos la parte de atrás. Para su suerte, la ventana del sótano era bastante grande, por lo que pudo escapar por ahí, y las cámaras no pudieron detectarlo.

--¿Estás bien mamá?--

--Estoy bien hijo, pero... ¿Qué fue eso?--
le preguntó asustada, mientras intentaba parar de toser.

--Fue tal y como lo habías dicho madre. Esos idiotas están tras de mí... Tienen a Alex e intentaron deshacerse de mi...
--murmuró, iba a continuar hablando pero pudo ver a un chico que se subía a su motocicleta para comenzar a conducir en dirección a la subasta.--
Tenemos que seguir a ese sujeto-- le dijo señalando la moto que se iba a toda velocidad.

Adriana sonrió y se paró en medio de la calle frenando un taxi.

--Vamos--dijo luego de subirse primero. Cuando los dos estuvieron arriba, le ordenaron al taxista que siguiera la motocicleta.

El tipo dio varias vueltas hasta llegar frente a un bar, el taxi frenó dos cuadras más adelante para evitar sospechas. Adriana le pagó y ambos bajaron para comenzar a caminar hacia aquel bar.

--Espera, todos nos van a reconocer, tenemos que buscar algún tipo de disfraz o algo--murmuró la mayor mirando una tienda de ropa.--Es hora de un cambio de look--

Al entrar a la tienda, compraron ropa muy distinta a la que solían tener siempre, también usaron unas pelucas, sombreros y pintura. Quedaron irreconocibles.

--Ya me veo lo suficientemente ridículo, no creo que me reconozcan--murmuró Lukas.

--Te queda muy bien el rubio--le dijo su madre con una sonrisa.

--Dios mamá, que mal gusto tienes--se quejó--a ti te queda bien el azul--

--¿En serio?--

--No! Solo fue sarcasmo, me gusta más tu cabello natural--murmuró mientras caminaba hacia el bar. Al entrar se sentó en una mesa y pidió dos botellas de cerveza.

Pasó media hora y llegó un auto blanco, se escucharon unos cuantos disparos junto al grito de un chico. Lukas salió a mirar y ese chico era Alex, cuando Lukas iba a acercarse a ayudarlo, Adriana lo agarró del brazo.

--Pero...--

--No Lukas... Solo meterás a Alex en más problemas, ¿no ves lo golpeado que ya está?--

El castaño recapacitó y se quedó quieto, observando como ataron de pies y manos nuevamente al menor, lo cargaron obligándolo a entrar al bar.

La subasta daría inicio cuando el pelinegro estuviera limpio y bien vestido. Con maquillaje en su bello rostro para tapar todos esos golpes.

Lukas intentó mantenerse sereno, volvió a su mesa y se sentó para hablar con su madre.

--Voy a escabullirme para sacar a Alex de aquí... Si pasa algo haz vibrar mi teléfono y sabré que tengo que retroceder, ¿está bien?--le preguntó rogando un si por respuesta.

--Pero... Lukas, es muy peligroso--
murmuró la mujer, temía mucho por la vida de su hijo.

--Por favor mamá... No quiero dejarlo... Ya lo decepcioné una vez...--dijo con tristeza.

Adriana lo observó por un momento, estaba pensando muy bien en que decisión tomar, pero al ver la cara de su hijo, entendía lo importante que era aquel pelinegro para él, finalmente no tuvo más opción que aceptar el plan del menor.

--Está bien Lukas... Pero prométeme que ambos saldrán sanos y salvos--suplicó.

--Te prometo que haré todo lo posible para salir sano y salvo junto a Alex--
respondió feliz acariciando la mano de la mujer con cariño.

El castaño se levantó de la mesa y comenzó a caminar en dirección a los camerinos, mientras Adriana quedaba de guardia, observando todo desde su asiento. Lukas intentaría escabullirse dentro del camerino donde se encontraba el amor de su vida.

Cuando se acercó al pasillo que daba directo a la puerta del camerino, pudo ver a dos tipos vigilando, suspiró y pensó en que diría para distraerlos, se quedó unos minutos quieto hasta que escuchó una tercera voz.

--Con que eras tú todo el tiempo--
murmuró al ver a Dacre salir del lugar.

Lukas sabía que el único capaz de reconocerlo era él, esa maldita rata.

Se acercó a los guardias y se metió en el rol de un maquillista

--A ver muchachos, ya voy bastante atrasado--dijo sacándose unos lentes de sol.--Que se quiten vamos!--ordenó aplaudiendo--¿o debo llamar a uno de sus jefes para que los boten de aquí?--

Los dos tipos se corrieron de la puerta y lo dejaron pasar, cuando el castaño entró vio a otro hombre parado al lado del vestuario.

--¿Eres el maquillista?--preguntó con una voz grave.

--Así es, soy yo cariño--respondió guiñando un ojo.

--Bien, el mocoso está por allá--dijo señalando la puerta del baño.

Lukas sonrió y llevó todas las prendas con él. Entró al baño encontrándose al pelinegro.

--Alex--murmuró el castaño con una leve sonrisa.

--¿Quién demonios eres?--le preguntó enojado con los ojitos cristalizados--
¿Acaso eres el idiota que va a comprar a este mocoso virgen?--

--No... Alex, me sorprende que no me reconozcas--murmuró el mayor quitándose los lentes falsos, el pelinegro lo observó mejor frunciendo el ceño.--Soy yo... Lukas--

Las lágrimas comenzaron a deslizarse por el rostro del bajito, su corazón se aceleró y inconscientemente saltó a sus brazos abrazándolo con fuerza.

--L-Lukas... Yo... Pensé que te había perdido para siempre--murmuró entre sollozos apretando más su abrazo.

--Tranquilo pequeño... Jamás podría dejarte sabiendo que estás en peligro--dijo el castaño acariciando el cabello mojado del menor--escucha chiquito, vine a sacarte de aquí. Pero no pude ver mucho mientras me infiltraba, ahora debo fingir hacer mi trabajo...--
habló entre susurros apartando al menor y midiéndole unas prendas al escuchar que un hombre comenzó a acercarse--dime si viste alguna salida--

--Oye idiota--llamó y Lukas lo miró de mala gana--apresúrate--

--Haber cariño! A mí no me vas a venir a apurar, si me hubieran llamado antes, tal vez el mocoso ya hubiera estado todo vestido y listo, así que ahora te callas--dijo simulando ser una chica histérica, se volteó y siguió haciendo su trabajo.

El hombre no dijo nada, solo se sorprendió de que le hablaran de esa manera, mientras que Alex tenía que morderse la lengua para no reír.

Cuando el tipo se fue, Lukas observó a Alex y éste explotó a carcajadas.

--No te burles, pendejo--murmuró avergonzado dándole la ropa y empujándolo detrás de la cortina.

--Es que... Pareces un diseñador gay, pero de esos que son bien locos--
respondió riendo mientras se cambiaba.

--Me gustaría ver que lo hagas tú--se quejó.

--No podría, a ti te sale perfecto. La actuación se te da muy bien, ahora entiendo porque lo elegiste de carrera--
dijo orgulloso del contrario que en un futuro sería su novio.

El castaño se sonrojó levemente ante aquel comentario y se quedó en silencio.

















I HATE YOU? [CARLUKAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora