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"El engaño es la única victoria llena de  suciedad que los cobardes utilizan para ganar lo que no les corresponde."

Castillo de Aren:

Las marcas en el mapa continuaban aumentando y las noticias sobre los siguientes golpes que el enemigo daría seguían llegando a sus oídos.

La única persona que los había enfrentado llevaba nueve días en cama y él seguía rehusándose a verla a los ojos.

–Continúan atacando en los puntos ciegos de los guardias y matando gente a su antojo..-el enojo, la confusión, la ira y el miedo inundaban el salón del palacio.-las heridas en lo cadáveres no las entendemos porque no sabemos qué arma las ha provocado..-los ojos del hombre buscaron los del rey y este, a su vez, trataba de mantenerse firme para que todos los presentes supieran que él no estaba asustado.
–Majestad..-dijo alguien desde el borde de la mesa con voz firme y una extraña mirada llena de necesidad y temor.-necesitamos que la sobreviviente de la guerra del Norte nos diga qué es este enemigo, de dónde viene, qué armas utiliza y cómo podríamos derrotarlo..-era un hecho que los soldados necesitaban ayuda de alguien que ya haya enfrentado a este enemigo pero él se rehusaba a verla a los ojos y eso lo hacía perder la poca paciencia que tenía.






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Llevaba todo el día tratando de levantarse para por lo menos caminar por la habitación y que sus piernas recordaran que tenía un deber pero esos dos hombres con rostros iguales le habían puesto a un vigilante que le prohibía hacer el mínimo esfuerzo.

–Maldita sea..-había dicho con los dientes apretados cuando el guardia le pidió que se quedara acostada.

El día de mañana se cumplirían diez días desde que fue atacada por los come carne y aún tenía una pregunta en su cabeza: ¿Porqué los come carne estaban atacando personas vivas?

Ese comportamiento nunca lo había visto. Era la primera vez que veía a esos monstruos atacar a personas vivas, personas que aún respiraban, con cuerpos llenos de sangre fresca.

Eso no era normal, algo en la tierra estaba atormentando a esos demonios y debía averiguar qué era antes de que siguiera alterando el orden natural de las cosas.

Por lo que ese día había planeado escaparse del ojo de los hombres con rostros iguales y del guardia que la vigilaba día y noche.

Necesitaba salir y averiguar qué estaba pasando pero no podría hacerlo con tantas personas viéndola como si fuera un animal indefenso que necesita protección.



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Desde aquel día en la aldea prohibida, ambos hombres se habían mantenido a su lado para vigilar que su herida sanara con normalidad y evitando a toda costa que ella se lastimara de nuevo con ayuda del fuego.

Al principio creían que por venir de una aldea llena de ancianos con costumbres de otras épocas ella recurría a ese método para sanar sus heridas pero, al escuchar historias de los hombres que venían con ella desde la región del Norte, se dieron cuenta que ese siempre había sido su método para sanar toda herida de batalla.

Aquella mujer no solamente era alguien fuerte y lleno de valentía, también había creado su propio método para continuar luchando en los campos de batalla sin necesidad de alejarse de los demás soldados que la acompañaban.

♤La última guerrera ♤ [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora