Pasamos tu cumpleaños juntos. Vimos películas hasta que te quedaste dormido, comimos pastel, te canté el cumpleaños feliz y te di un disco de Palaye Royale que sabía iba a gustarte. Luego, tú me entregaste una caja.
—Se supone que yo te dé un regalo, no tú a mí —murmuré aún sin abrirla.
—Dentro está mi novela —explicaste—. No la leas aún. No hasta que... —Te detuviste e intentaste sonreír—. Solo espera.
—Está bien. —Asentí aunque moría por leerla, por saber qué había en tu cabeza.
Tú me besaste y después me rodeaste con tus brazos con fuerza, como si quisieras conservar el momento para siempre.
Yo también quería.
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Memories of Sam
Short StoryAlgunas personas creen que la vida es una sucesión de acciones y reacciones pero lo que no saben es que la vida son recuerdos. Eso es lo único que vamos a tener para siempre. Es lo único que nos va a acompañar hasta el último momento. Heather da la...