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Luego de leer tu carta me sentí más despierta, más cercana a ti. Y eso me animó a tomar la caja que me diste en tu cumpleaños. Una gran cantidad de hojas bien ordenadas estaba dentro. Sonreí al verlas porque estabas chapado a la antigua. Otros habrían creado un archivo y me habrían enviado el link, pero tú lo imprimiste y me lo diste en una caja.

Comencé a leer.

La historia era sobre un adolescente roto que no le encontraba sentido a la vida luego de descubrir que moriría pronto. Era sobre su viaje de sanación. Sobre él haciéndose amigo de la idea de que debía partir. Él enamorándose. Él y sus amigos. Él y su manera de brillar sin darse cuenta.

Eras tú.

Era hermosa.

Supe lo que tenía que hacer apenas la leí. Busqué el archivo en tu computadora y lo envié a una editorial. Era una locura pero ni siquiera me detuve a pensarlo.

Pasó tanto tiempo sin que recibiera respuesta que creí que no había funcionado, que no podría volver realidad tu sueño, pero entonces llegó el correo. Ese correo que hizo que, por primera vez desde tu partida, sintiera felicidad. Ese que decía que estaban interesados en publicar tu libro.

Memories of SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora