El tiempo había pasado, y vaya si había pasado, casi 8 años desde aquel día en que unos mingundis por así decirlo se habían dejado perder para que los aldeanos subieran a primera y retrasar así un año más el tan ansiado derby. No sólo nosotros habíamos salido perjudicados, si no que también habían condenado al Girona a pasar otros siete años en segunda, y desde aquel día también se habían hecho nuestros amigos. Pero siguiendo en la historia, debemos acordarnos de esto, ya que algo tiene que ver en el final...
Estábamos en abril, el sol empezaba a verse en nuestro camino tras una temporada un tanto nefasta, en la que nunca habíamos logrado más de un tanto por partido, y en que las cosas no pintaban demasiado bien desde el principio. El sábado tocaba recibir a aquellos mingundis en casa, que por cierto, iban peor que nosotros.
Tras un tiempo sin jugar, había decidido jugar de nuevo aquella tarde del viernes a pokemon, y no se qué tendría aquella caña, pero era mágica, cada vez que era capaz de pescar al llamado monstruo del Piles (para quienes no lo sepáis, el gyarados shiny), al día siguiente pasaba algo interesante en el Carlos Tartiere, la última vez, aquel día de diciembre, habíamos ganado el derby tan sólo 24 horas después y la incertidumbre de que pasaría mañana acechaba más a cada hora que pasaba.
Nada más comenzar el partido habíamos marcado, pero quedaba mucho y sería difícil aguantar, y como siempre con todo en contra... unos minutos después todo empezaba a torcerse cuando uno de nuestros "amigos" avisaba del VAR de un penalti que de otra forma habría sido ignorado, y la gente comenzaba a estar furiosa por ello tras el empate, aunque para muchos suponía poco, para mí suponía ver pasar otro de los sueños de aquella época, ya que como nunca hasta ahora habíamos marcado más de un gol por partido era casi inimaginable que aquello fuera a pasar en aquel momento, pero como siempre cuantas más cosas tenemos en contra, mejor nos va y eso era algo que ya habíamos demostrado por varias veces.
Pero la caña era mágica y no iba a fallar esta vez, y tras el descanso las cosas parecían ir algo mejor y lográbamos ver alguna que otra jugada de ataque aunque no terminarán en gol, y cada minuto que pasaba seguía preguntándome a mi misma si lo que nos trataba de decir la caña es que aquel iba a ser el día de poner fin a aquella mala racha de casi un año, y alguien tendría que ser el primero... y así fue, pasaron los minutos y terminó por llegar el gol, un gol que mandaba a aquellos mingundis al pozo... ¿pero?... un momento, ¿recordáis aquellos otros perjudicados en 2015? ¿Que tenían que ver en todo esto? Pues sencillo, aquel gol lo había marcado uno de sus jugadores, porque si era suyo, sólo nos lo habían prestado como buenos amigos que son.
Y es en ese instante en el que se cierra una herida, en el que dejamos de ser buenas personas para ser los malos de la película al fin. Y es en ese instante en el que comprendí, que como navidad azul nos enseña, que quien ayuda al enemigo termina por pagarlas, sólo es cuestión de esperar...
Y ahora, un día más tarde que me pregunto si la tercera historia acaba de comenzar...
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Una historia de verdaderos héroes.
Non-FictionY esta es nuestra historia, las cicatrices ya no duelen, permanecen cerradas, recordándonos el lugar de donde venimos, recordándonos que somos indestructibles, que nuestra historia es interminable.