Recordemos:
Llegaba el año 2003 y caminaba por barrizales que nadie había conocido, tenía un equipo a mi gente y muy poco dinero. Esta era la primera vez que en esa aldea de enfrente celebraban mi muerte, pero yo muy diferente al resto estaba dispuesto a demostrarles que podía resucitar aunque pasaran muchos años. Estuve un tiempo desaparecido, de viaje entre 2ªB y 3ª sin más noticias interesantes, por así decirlo. Entre tanto también perdí a la mejor generación de jugadores que jamás tendré. Llegó luego el año 2009 y después de haber vuelto a esos barrizales, comenzaba a abandonarlos, y por aquel entonces aún no sabía a ciencia cierta que no volvería más, al menos en un buen tiempo.
Estuve unos años tranquilos, pero llegaba 2012, y con un presidente fugado a Latinoamérica, y que se empeñaba en estrellar la nave contra el iceberg todo el tiempo, a la espera de que se apartase, en la aldea de enfrente celebraban por segunda vez mi muerte, pero lo que ellos no sabían aún es que iba a resucitar igual que Jesucristo, aunque yo tardara tres años en lugar de tres días.
Fue así entonces, cuando en el año 2015 regresé a ese lugar del que mi habían echado, porque yo no me fui queriendo, me condenaron a marchar, al igual que a Jesús a morir en la cruz. Y si digo la verdad, por aquel entonces, en 2003 nunca pensé que las cosas pudieran volver a ser como lo son hoy en día, pues sí, aquella aldea de enfrente que tanto celebraba mi muerte, y por más de una vez, hoy sufre con mi resurrección.
Cada año, llevo a mi Jesucristo particular montado en autobús allí, aunque el evangelio dice que Jesús iba montado en borrico a la aldea de enfrente, los tiempos han cambiado, y mucho. Cuando llega la hora, me toca a mi celebrar la victoria con la misma ilusión que ellos celebraban mi muerte una y otra vez, y eso cada año les enfurece más, hasta que llegó el punto de que no aguantaron más, y al igual que Herodes quisieron acabar a golpes conmigo, pero a diferencia ellos no pudieron, porque no puede volver a matarse a un muerto que ya ha resucitado, porque eso significa que soy eterno.
Ellos celebraron mi muerte, y ahora sufren año tras año con mi resurrección, porque como todos sabemos no hay kriptonita ni veneno que me aniquile por completo, sólo que consiga dejarme un tiempo desaparecido.
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Una historia de verdaderos héroes.
Non-FictionY esta es nuestra historia, las cicatrices ya no duelen, permanecen cerradas, recordándonos el lugar de donde venimos, recordándonos que somos indestructibles, que nuestra historia es interminable.