Había llegado el día.

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Aún recuerdo cuando con unos quince años me regalan un disco, un disco en el que decía literalmente "Otra vez el derbi ha llegado, otra vez Gijón es arrasado", aún recuerdo como soñaba con ver eso, como soñaba despierta en que por fin todo iba bien... bueno, pues 14 años después ese día había llegado, y aunque no me atreví a contarlo antes, por el dolor que sentía solo al recordarlo, me lo perdí todo porque un día antes me puse enferma y esa noche comenzó una pesadilla y un largo camino. 

Para mi ese empate fue una victoria, pues aunque estaba enferma, ellos no podían reírse esta vez de nosotros, todo había acabado y un tiempo después vendrían esas navidades azules tan ansiadas...

Llegado el día de la vuelta, un día que esperaba sin pensar en que podía pasar, un día en que no pensaba que podía acabar de otra manera, el día en que nuestro propio "Revenge" tendría un final, y sin darme cuenta, sin aún saberlo, era aquel día. Puede ser que fuera febrero, puede ser que fuera el primer fin de semana, que más da, lo importante es lo que había pasado.

Empezamos perdiendo pronto, es cierto, pero en mi cabeza no cabía el que esto terminara así, esto tenía que acabar de otra forma, por nosotros, por quienes ya no estaban para acompañarnos aquel día y por los que lo habían conseguido primero. Y pasaron los minutos y les acosábamos, a pesar de ir perdiendo me sentía orgullosa de cómo luchábamos, de cómo seguíamos jugando, y cuando me quise dar cuenta el tiempo había volado y habíamos remontado. Todo acabó de la mejor manera posible, no como en aquel fatídico partido de hacía cinco años en el que todo acabó de la peor manera posible, pero mientras pasaban los peores días de mi vida, él me prometió que seguiría aquí para ver conmigo como les ganábamos, como juntos volvíamos y así fue, les ganamos. En cada uno de esos dos goles se pasaron miles de recuerdos por mi cabeza, cada uno de los insultos cuando aún era una niña y no entendía nada, aquella vez que intentaron quemarme viva por llevar tu camiseta o aquella otra vez en que todo se rompió inesperadamente. 

Lo importante, quince años después seguía allí, en el mismo sitio de siempre y con mil lecciones aprendidas, lo mejor, seguías a mi lado tal y como prometiste, y ese abrazo tras remontar es un recuerdo inolvidable aunque pasen muchos años, ese abrazo significaba que al fin lo habíamos conseguido, que al fin, nos habíamos vengado de todo lo que me hicieron, y que a pesar de todo lo malo había conseguido aguantar y que ya nada ni nadie podía detenernos porque el día, había llegado.

Una historia de verdaderos héroes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora