El amanecer se asomaba por las cortinas de la habitación, él abrió un ojo, pero rápidamente volvió a cerrarlo debido a la luz, se quejó levemente y volvió a poner la almohada sobre su cabeza tratando de conciliar algo de sueño otra vez, pero era imposible, así que se levantó arrastrando los pies hasta la cocina del pequeño apartamento dónde vivía sólo, de camino saludó al Presidente Miau que descansaba perezosamente en su cama, el gato blanco pareció despertar al verlo salir de la habitación y lo siguió a la cocina esperando por su desayuno, vertió un poco de comida para gatos en su plato y encendió la cafetera. Frotó sus ojos al ver que tenía un par de mensajes en el contestador, presionó el botón rojo que emitió un pitido y comenzó a sonar la voz de su amiga María.
- ¿Joaquín? ¡Amigo! ¿Sabes que el cumpleaños de Nikol es mañana? Pues te recuerdo que el mes pasado quedaste con nosotras para ir a un club, lo sé, lo sé, es de última hora y todo eso, pero Nikol ha tenido una de esas semanas de mierda y creo que le gustará la sorpresa - Hubo una pausa que sirvió para verter el café en una taza y tomar un relajante sorbo - Además, es hora que te des un descanso de tu rutina diaria, cómo sea, te recogeré a las 8 ¡Adiós!
¿Y ahora cómo salía de ésta? María era su mejor amiga desde que tenía memoria, era una chica muy alegre y arriesgada, honestamente a veces se preguntaba si alguna vez ella estaría temerosa de hacer algo, le gustaba vivir cada día cómo si fuera el ultimo y eso estaba bien para Joaquín mientras no lo arrastrara con ella. En cuanto a él, se definía a sí mismo cómo el tipo de chico tranquilo, el tipo que prefería estar en casa con una taza de chocolate caliente y un buen libro ó una serie nueva aunque últimamente había algo que ocupaba casi todas sus horas libres: El ballet.
El ballet representaba todo en su vida. Lo practicaba desde que tenía 4 años y era cómo su calmante natural, cuándo tenía algún problema con su hermana menor ó sus padres, tal vez una ruptura ó un bajón emocional, el ballet siempre parecía hacer que todos sus problemas se esfumaran rápido y lo hacía realmente feliz.
- ¿Tu qué dices Presidente, debería ir? - el gato sólo lo miró moviendo la cola de un lado a otro y luego se acercó para frotarse contra sus piernas. Joaquín suspiró y decidió ponerse al día con los deberes, era alumno de segundo año en la universidad Julliard de Bellas Artes en New York, y cómo en otras escuelas también debía lidiar con deberes normales. Se encerró en su habitación con la taza de café recargada y el libro de literatura en sus piernas.
- Mailo... ¡Mailo! - él gruñó levemente cuándo el dolor de cabeza lo atacó, trató de abrir un ojo y luego el otro, pero sentía cómo si sus parpados estuvieran hechos de plomo, trató de incorporarse, pero era inútil y él sabía lo que venía si se levantaba, se había emborrachado suficientes veces cómo para saberlo -. ¡Mailo! - Suspiró derrotado porque sabía que aunque lo deseara con todas sus fuerzas no podía simplemente quedarse en la cama todo el día. Se sentó en el borde de su vieja cama que chirriaba cada vez que me movía y pasó sus manos repetidamente por su cara esperando poder levantarse sin tambalearse, el mareo llegó rápidamente y tuvo que correr al baño para poder expulsar todo lo que estaba en su estómago.
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Corazón Tatuado // Adaptación Emiliaco
FanfictionUna noche de borrachera nos puede llevar a hacer cosa que ni pensábamos hacer, ¿pero tatuarse el nombre de una persona?. Dicen que sólo sucede en las Vegas, sin embargo nuestra historia se desarrolla en New York, hogar del duro boxeador Emilio Marco...