'¿Qué demonios? Dime qué está mal Joaquín'
'Nada Emilio, estoy bien'
'¿Entonces porqué mierda me colgaste en medio de un episodio nervioso ó lo que sea? Voy a verte ahora.'
'No es necesario, sólo estoy nervioso por ésta noche'
'Joaquín...'
'Estoy diciendo la verdad ¡Son sólo nervios! Tengo que volver al ensayo ¿te veré ésta noche?'
'Definitivamente corazón, por favor no llores más'
'Tranquilo boxeador ;)'
'Te amo Joaquín
'Y yo a tí Emilio'
Eran las 7:30 de la noche, Emilio por fin pudo entrar después de estar más de 10 minutos peleando con el hombre que verifica las entradas, tal vez por su apariencia ó sus sutiles palabras de "Vete a la mierda". Finalmente un hombre aburrido del espectáculo le hizo una seña al tipo con el palo en el culo y lo dejó entrar.
— Gracias por eso, señor — el hombre viejo y barbudo le dedicó una sonrisa y una pequeña inclinación de cabeza. Luego siguió a su asiento con una mujer embarazada y pequeña.
Emilio nunca había estado en un teatro y a decir verdad era algo bastante impresionante. Las cortinas de satén rojo caían desde lo alto del techo cómo decoración, también habían unas doradas y cafés, cuándo estuvo fuera pudo ver un programa informativo en la pared que decía que había una capacidad de 500 personas en éste enorme lugar. El teatro estaba a reventar y honestamente Emilio sólo quería ver a Joaquín y ya, pero tuvo que ponerse una maldita corbata y pantalones de vestir.
Emilio verificó por tercera vez su asiento en la tercera fila y caminó lentamente observando a todas las personas a su alrededor, todos con esos caros trajes de diseñador, joyas ostentosas, actitudes de mierda y egos inmensos. Se sentía realmente incómodo, sobre todo cuándo la gente empezó a notarlo y a dedicarle diferentes tipos de mirada: odio, asco, lujuria, curiosidad, pena.
Fué entonces cuándo se congeló. Roy estaba sentado en su silla vistiendo un traje gris y viéndose tan incómodo cómo él. No había visto a su hermano desde aquel día dónde le había dejado un moretón en su mejilla. Se obligó a sí mismo a mantener la calma al dirigirse a su amigo.
— Roy — saludó con cortesía, Roy no mostró sorpresa, al contrario, la característica sonrisa juguetona estaba en su rostro. Cosa que hizo sentir a Emili9 mucho mejor.
— Emilio, que bueno que hayas venido ¡Y mira eso! te has puesto una corbata y todo — Emilio alzó una ceja porque obviamente Roy se estaba burlando de él mientras se jalaba la corbata con incomodidad.
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Corazón Tatuado // Adaptación Emiliaco
FanfictionUna noche de borrachera nos puede llevar a hacer cosa que ni pensábamos hacer, ¿pero tatuarse el nombre de una persona?. Dicen que sólo sucede en las Vegas, sin embargo nuestra historia se desarrolla en New York, hogar del duro boxeador Emilio Marco...