IV (II)

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V A C Í O   D E
U N   O J O

Había ido tres días seguidos a su casa y en ninguno le había abierto, pero es que parecía que no había llegado desde aquel día

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Había ido tres días seguidos a su casa y en ninguno le había abierto, pero es que parecía que no había llegado desde aquel día. Focus estaba que le daría un ataque de pánico en cualquier momento, le dolía la cabeza de pensar y no podía dormir. Tenía miedo y solo pensaba en disculparse.

Era obvio que no quería causar esa reacción y mucho menos forzarle a que Fargan le dijera nada. Auron tampoco respondía a sus mensajes, era el único que se le venía a la mente para ayudarse a sí mismo y al búho.

Sentía que el mundo conspiraba para hacerle sentirse mal por todo lo que había hecho últimamente, y no sabía si arrepentirse y dejar atrás todas aquellas preguntas.

Había decidido ir al huerto, era el único sitio donde se sentía en casa, aunque hasta eso se estaba cuestionando últimamente. Sus manos temblaban debido a que apenas había ingerido nada.

—¡Focuuuuu! —exclamó alguien con un acento aniñado, y el dolor de la cabeza le hizo suspirar —. ¡Focuuuuuu!

—Que ya voy, hombre —. No pudo evitar sonreír aunque fuera ligeramente, por la compañía. Acomodó su ropa y las patatas en la cesta para después salir del invernadero, observando así a Axozer.

—Vamos a ir a minar, ¿te apetece venirte? —cuestionaba con diversión el menor. No parecía venir solo para eso así que simplemente volteó.

—No creo, estoy ocupado —oyó tras unos árboles unos murmullos a la par que los hacían callar.

—Venga porfa Focuuuuu —exclamaba el menor acercándose y zarandeándole.

Suspiró, ahora entendía que podía estar ocurriendo.

—Bueno bueno, nos vemos en la sirena en media hora. Déjame cambiarme al menos —. Al verle exclamar de felicidad y ver salir a Yuni, Nia y 8cho de entre los árboles, vestidos de arbustos le hizo soltar una risita. Aquellos niños iban a matarle de ternura —. Terrible...

Estuvieron horas en la mina, incluso luego salieron y dieron un paseo todos juntos. No era que no entendiera porqué Fargan pasaba la mayoría de su tiempo con los más pequeños, pero pensaba que ellos no podían acomodarse a su energía relajada Le demostraron lo contrario sin lugar a dudas, o tal vez era porque necesitaba descansar de tantos pensamientos negativos y de todo lo que estaba pasando.

—¿Sabéis que le ocurre a Fargan? —cuestionó al percatarse que todos hablaban de un tema de alguna travesura pasada. Al sacar el tema todos se tensaron un poco y Nia vaciló.

—Bueno... Según nos dijo Auron en un día vuelve a su casa, tuvo un evento —habló 8cho tranquilamente.

—Sí —empezaron a decir todos rápidamente, corroborando las palabras de su compañero que no fueron muy satisfactorias para Focus. Rápidamente sacando un tema distinto.

Llegaron a la sirena para despedirse cuando Yuni y Nia pararon a Focus.

—Fargan está algo sensible... Auron se lo encontró malherido el otro día y lo envió a una misión de recolección para que volviera a... "ser el mismo de siempre" —hizo comillas con sus manos causando un revoltijo en el estómago de Focus quien asintió ahora más relajado con la respuesta de la sirena.

— ¿Tú sabes qué pudo haber ocurrido? —la preocupación en la melodiosa voz de la minera hizo que el cuervo se sintiese peor. Aquella chica siempre estaba tonteando con Fargan, parecían padre e hija... Si no fuera porque Fargan coqueteaba con todo el mundo. Aunque no sabía a qué venía ahora aquello, tal vez todos los pensamientos negativos le estaban sentando bastante mal. Yuni observó sus ojos como si le leyera así que tuvo que fingir.

El cuervo pensó, fingiendo hacer memoria y entonces negó.

—No, por eso estaba preocupado... Es que el chaval lleva sin dar por saco mucho tiempo —le sonrió débilmente y ambas se despidieron.

   ➤ Fargan POV

—Espero que sepas que cada día te odio más —me reí mientras caminaba junto a Auron quién me miraba con diversión.

Me la había pasado todos estos días junto a Auron, como si estuviéramos en el pasado. Vivir aquello me alegró bastante ya que me ayudó a pensar en la pregunta, en la situación con Focus y en general en mí mismo. 

Era consciente de que mi pobre Focus no era consciente de nada de lo que ocurría, ni de lo sensible que era con el tema. Y no le podía echar la culpa de nada, aunque el tema seguía ahí pendiente.

Cuando llegamos a Tortillaland me dispuse a ir a mi casa junto a Auron y me sorprendió ver como el cuervo se había dedicado a esperar en la puerta. Me quedé anonadado y apenas pude reaccionar cuando vi como el cuervo se abalanzaba sobre mí.

—Ayba... No seáis cursis, hombre, que yo también estoy aquí —llamó la atención Auron, pero el cuervo no hizo ningún gesto, ni de disculpa ni en general parecía que fuera a apartarse.

No sabía si esto me hacía feliz o me provocaba ansiedad, porque pensaba que tal vez podría abordar el tema más tranquilamente luego,  cuando me sintiera preparado para dar las respuestas.

—Perdón —exclamó a duras penas el azabache, dejándome sin respiración.

El silencio se hizo presente y lo único audible eran las hojas de los árboles cercanos a mi casa. Respiré profundo y lentamente separé el cuerpo del cuervo del mío y le miré con una pequeña sonrisa.

—No es tu culpa —le hablé, intentando ver más allá de la máscara, aunque por los pequeños hipidos que daba, parecía que estaba llorando.

De nuevo el silencio hacía presencia, pero las acciones se hicieron ahora protagonistas.

Focus se sacó su máscara, dejando ver su cicatriz en su rostro y a su vez sus cristalinos ojos color del vino. Me observó como si temiera perderme y entonces volvió a abrazarme, tenía miedo, lo sentía de verdad.

—El tema que abordaste. Es bastante complicado y duro para mí y... No sé si me siento todavía capaz para contarlo.

—Perdió el ojo en una de las muchas peleas que tuvo, pero en esta casi fallece —me dejó helado cuando Auron habló —. Se suponía que la cicatriz solo había atravesado el párpado, pero cuando volvió a abrir sus ojos este ya estaba ciego. Según Luzu hizo un pacto con la muerte...

Mi sonrisa tembló un poco al igual que mi cuerpo, Focus me abrazó con más fuerza y sentía que mis alas se inchaban y temblaban de forma irregular.

—Sí bueno, decirlo de esa forma... Es un poco fuerte, ¿no? —volteé a verle y él me miró con una intensa mirada que me dio escalofríos —Pero es cierto... Perdón por escabullirme.

—Perdón por hacer preguntas incómodas para ti —se disculpó también y con un suave sollozo soltó —, pero no se te ocurra volver a dejarme solo, Fargan.

—Perdón por hacer preguntas incómodas para ti —se disculpó también y con un suave sollozo soltó —, pero no se te ocurra volver a dejarme solo, Fargan

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Cicatrices [Farcus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora