HALE'S AL CUADRADO

CAPÍTULO DICIEOCHO

¡Hola amores! Sé que ha pasado mucho tiempo pero casi no estoy en casa por culpa del trabajo y la universidad :( Espero que este nuevo capítulo ❤

Estoy trabajando además en otra historia, surgió un día de la nada y no pude no escribirla. La verdad es que avancé mucho pero me gustaría tenerlo un poco más cerca del final para publicarlo para que no tengan que esperar tanto tiempo :(

Les pido porfis que me dejen ideas de nombres para los bebés de Stiles y Derek  AQUÍ: https://forms.gle/E5hEM3HiC9j8areJ7   (Voy  a dejar el link del formulario como un comentario también para que puedan tenerlo por las dudas y en mi perfil)

Estaré esperando sus comentarios ❤ Gracias por su apoyo ❤

Con amor, Beth! ❤

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Derek revisó cada una de las camisas que había guardado en su valija y decidió que usaría una de color hueso y que era muy suave. Le gustaba como se sentía, era como si acariciara su piel constantemente.

- ¿Todo bien amor? – Stiles, quien estaba aún en bata después de su ducha, se acercó a él y lo besó.

-Si ¿Crees que esta camisa me quedará bien?

-Es una camisa que te queda increíble, tu vientre se ve hermoso y tus ojos brillan – respondió el castaño con una enorme sonrisa en su rostro. Le encantaba poder ver a sus bebés crecer en el vientre de su compañero.

El lobo no respondió, pero sonrío, feliz de que su compañero aún lo viera hermoso.

- ¿Cuánto tiempo tenemos hasta la cena? – preguntó mientras dejaba la camisa de nuevo en la maleta.

-Una hora ¿Tienes algo en mente? – aunque Stiles no tenía sentidos sobrenaturales conocía la mirada en su rostro.

-Bueno, creo que si – Derek tomó al castaño por la cintura y desató el nudo de la bata.

-Espero que puedan disculparnos porque vamos a llegar tarde – Stiles no perdió tiempo, se quitó la única prenda que lo vestía y llevó a su pareja hasta la cama.

Desde que Derek estaba embarazado y tenía a Stiles a su lado solo tenía dos tipos de días, aquellos en los que no quería salir de la cama y solo deseaba que el castaño le diera miles de orgasmos, y luego estaban aquellos días en los que no quería ser tocado para más que ser abrazado o acariciado, cualquier tipo de contacto sexual era rechazado al instante.

Stiles jamás se quejaba de sus cambios de humor, el humano no decía nada porque no podía darse una idea de lo difícil que debía ser para su compañero estar embarazado, para una mujer ya era bastante traumático, tanto física como mentalmente, para un hombre debía ser aún más, ni su mente ni su cuerpo estaban preparados para atravesar algo así.

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Malia se quejó cuando se dio cuenta que su primo y Stiles no estarían listos para la cena. La pareja feliz había cerrado por completo la entrada desde el balcón y no podía escuchar nada del otro lado.

- ¿Qué sucede? – Preguntó Scott cuando salió de la ducha.

-Nada, solo que no sé qué hacer, todavía no soy buena con estas cosas sociales – respondió el coyote.