FAVORITE PLACE // JEON JUNGKOOK; BTS [TERMINADA]

«fifteen»

Penúltimo capítulo:

La consulta del doctor Min Yoongi está cerrada para cuando la clausura ha terminado. Me escabullo entre todos, buscando la forma de saber qué es lo que sucede. Hasta que no sepa la verdad no me detendré.

- ¡Alhena!

- ¿Qué?

Enfrento al pelinegro que al parecer está con el mismo humor de perros aún.

- ¿Oye todavía estás enojada?

Pero será idiota, el primero en enojarse fue él. Si no fuera porque le he tomado cariño, ya lo hubiese mandado a la mismísima mierda.

- Mira quién es el que pregunta - cruzada de brazos le desafío con la mirada.

Su suspiro cansado me hace saber que está hastiado de tanto drama.

- Bien, hablemos - rueda los ojos.

- ¿En serio? - dramatizo tocando mi pecho.

- Sí, anda.

[...]

No estoy del todo bien ahora mismo. Desde el principio en que Jeon Jungkook y yo comenzamos esa relación extraña que teníamos, sabía que en algún momento debíamos terminarla, pero no pensé que él sería el que tomara la iniciativa, un día antes de marcharme a Los Ángeles y mucho menos que me tratase de aquella forma tan hostil.

No fue bueno lo que tuvimos. No debí involucrarme contigo, Jieun tenía razón, en cualquier momento me aburriría de ti...

Esas fueron sus crueles palabras.

Pensé que él sería diferente, pero demostró ser igual que todos los hombres. Yo no me merecía ésto. Creo que puedo admitir que en verdad me gusta ese chico, que aunque dije que cerraría mi corazón y dejaría de sentir, él se adueñó de todas mis emociones y pensamientos.

- ¿Estás bien?

Chungha se encuentra a mí lado en el taxi, de camino al aeropuerto. Así es, llegó mi momento de partida y no me gustan para nada las despedidas.

Asiento en dirección a la chica sonriéndole amablemente, ella se merece el mundo entero. Es una mujer increíble, espero que nuestra amistad aunque sea a distancia pueda perdurar.

A unos metros diviso las puertas de la estación, suspiro pensando si será buena idea pedirle un favor a la castaña.

- ¿Chungha, puedo pedirte un favor?

- Sí, por supuesto.

- Bueno, en realidad serían dos favores - ella ríe al escucharme.

- Vale.

- No dejes de escribirme, por favor. Sé que la zona horaria y nuestras agendas son complicadas pero haré el tiempo para hablar contigo, has sido una buena amiga durante estos tres meses aquí en Seúl.

- ¡Aww! Yo era la que te iba a pedir ese favor, la verdad.

Nuestras risas se cortan cuando el conductor del taxi nos habla.