Me encontraba con las chicas, estábamos a punto de abrir las cartas, Sammy las había conseguido antes del baile pero no las había entregado por que creyó que Elizabeth se arrepentiría de ir al baile con él. Elizabeth la había pasado bien en el baile, no paraba de hablar de lo dulce que era Sammy, yo estaba agradecida con Sammy pero no confiaba en el, yo quería lo mejor para mi amiga, ella se lo merecía.Una vez que tuve la carta en mis manos comencé temblar, no estaba preparada mentalmente para tener otra decepción, estaba asustada. Bren se comía literalmente sus uñas.
-Creo que es el momento – comenté no muy segura de mis palabras.Comenzamos ambas a abrir las cartas, mis manos sudaban y perdían fuerza, el tiempo que tardé en abrir el sobre me pareció el más eterno de toda mi vida, abrí con cuidado la carta, las letras me parecían borrosas, no podía enfocar mi vista.
-¡Fui aceptada! – exclamo emocionada Bren. Aquello solo logro ocasionarme más nervios de los que ya tenía.
Leí rápidamente lo más importante – Fui aceptada – dije, las chicas de acercaron y nos unimos en un fuerte abrazo.
-Lo logramos – dijo Bren, yo aun no terminaba de captar lo que estaba sucediendo.
-¡Celebrémoslo! – grito Rose.
Los mejores momentos que pasábamos juntas eran en la playa, sentirnos alejadas de todos era el mejor sentimiento, solo nosotras. Nos dirigimos a la playa más cercana, quizá sería la última vez en algún tiempo que tendríamos de estar en la playa todas juntas.Cuando llegamos cada una instalo su tienda de campaña, compartimos tiendas de campaña porque no había una para cada una, yo compartía con Bren y Lara.
Cuando terminamos de organizar todo empezamos a disfrutar de aquella playa de la cual estaríamos alejadas por mucho tiempo, o por lo menos algunas lo estaríamos. Todas disfrutábamos aquel momento pero yo tenía muchas cosas que procesar.
-¿A dónde vas? – preguntó Alma una vez que me levante de mi sitio y comencé a caminar por la orilla de la playa.
-Voy a caminar, tengo muchas cosas que pensar.
-¿Necesitas compañía? – pregunto Candy. Yo solo negué con un movimiento de cabeza.
Había logrado uno de mis mas grandes objetivos, había sido aceptada en la universidad que mas deseaba, noches anteriores había tenido pesadillas acerca de no lograrlo y aquello no resultaba agradable. El imaginar que podía ser aceptada me parecía aun un sueño, del que iba a despertar y después resultaría ser una pesadilla de la que nunca me repondría. Además, tenía un pensamiento que no me dejaba en paz, tenía la sensación que la más grande razón que tenia para querer ingresar a esa universidad era para alejarme de mi madre, quería a mi mamá pero sentía que si no me alejaba de ella jamás llegaría a vivir la vida por mí misma. Por otro lado, no dejaba de pensar en Jack, el chico que había salvado mi baile de graduación. Nunca había tenido interés en un chico, tener interacción con el sexo opuesto me resultaba irrelevante en mi vida. No sabía lo que era el amor, tal vez nunca lo había sentido pero lo que sabía era que tenía una atracción hacia ese chico, y me preocupaba pensar que quizá nunca lo volvería a ver.
-Es difícil creer que no necesitas compañía. – me gire y me encontré con las chicas.
-No entiendo por qué – les dije restándole importancia.
-Está bien que no nos quieras contar lo que te pasa – comento Rose.
-¿Qué es lo que esperan al llegar allá? Digo, ¿Cuál es su más grande motivación? – me atreví a preguntar, ellas se miraron entre si y después se sentaron en la arena, hice lo mismo que mis amigas.
-Supongo que quiero conocer el mundo, salir de mi entorno, conocer a nuevas personas y no decepcionar a mis padres o tal vez no decepcionarme a mi misma – dijo Cyci.
-Lo que quiero es estar preparada para que en un futuro, cuando tenga una familia, poder brindarles a mis hijos todo lo que esté a mi alcance – comentó Bren.
-Mi motivación es lograr hacer algo extraordinario, y sé que tal vez ese algo probablemente no podrá cambiar al mundo pero por lo menos tendré la satisfacción de que intente hacer algo para cambiar este mundo – dijo segura Mary.
-Creo que quiero conocer a un chico que me ame, tengo miedo de no encontrar a esa persona a quien ame y me ame, tal vez necesito sentirme enamorada y ser correspondida – dijo Lara.
-Realmente no lo sé, llevo esperando con el momento de la graduación tanto tiempo, creo que mi mayor sueño era que llegara el momento de irme y empezar a vivir por mi misma, ya saben, no darle explicaciones a nadie, pero ahora estoy asustada – decía Candy y bajó la mirada – Lo admito, Candy, la que no se asusta por nada está aterrada, me aterra el comenzar de cero y decepcionarme sobre la vida que tendré allá.
Todas continuaron explicando cuáles eran sus motivaciones pero yo solo pensaba en lo que Candy había dicho. Todas parecían tener claro que era lo que querían, pero yo realmente no lo sabía, no tenía idea de cuál era mi mayor motivación, no me motivaba cambiar a el mundo o ser madre, no sabía realmente que era lo que era lo que quería y eso me asustaba, no tener definidos mis objetivos.
-¿Lucia? – Me llamo Dani.
-¿Si?
-¿Cuál es tu motivación? – preguntó Eli.
-No lo sé.