Female idols X fem reader

Yuqi: Blackout

Ascender a la fama desde una edad temprana puede dar un cambio increíble a tu vida, ya sea para bien o para mal. Esta en uno mismo ser lo suficientemente maduro para afrontar las consecuencias de las decisiones que llegue a tomar liderando tu propia vida sin depender de alguien. 

Aceptar tus errores es uno de los obstáculos que se debe aprender a sobrellevar mas Yuqi no supo hacerlo de la forma adecuada, cayendo en el vicio de las drogas y el alcohol apenas su música toco el estrellato, la joven Idol lo tenía todo a sus pies en una bandeja de plata incluso desde su infancia, usando a su conveniencia el camino que con sangre, sudor y lagrimas trabajaron ambos de sus padres a lo largo de los años. Básicamente, esta chica nació en la fama rodeada de dinero y en el foco de la atencion de casi todo el mundo, luego de ver lo conocidos que eran sus padres, no estaban equivocados al darse cuenta de que su hija seguiría sus mismos pasos a futuro y claro que no se negaron a sus caprichos, y tan pronto como lo exigió, se convirtió en un icono juvenil. 

Song Yuqi, es el nombre que iba de boca en boca hablando maravillas y de lo hermosa que era. Manteniéndola encima del pedestal, haciéndola ver como una bella diosa griega que ni la misma Afrodita seria capaz de igualar. Su talento rompía barreras e iba mas allá del continente asiático, contando con un fandom masivo en cada parte del mundo. Yuqi se sentía en su auge con su vida ya resuelta desde que pronuncio sus primeras palabras, lo único que tenia que hacer era cantar y bailar, verse hermosa ante las cámaras y fingir sonrisas cuando fans se encontraban con ella por la calle gritándole al oído que morían por tener su firma en fotos que habia visto ya mas de una vez en un solo día. Sus productores, managers y staff se hacían cargo de todo eso que no sabia manejar, mientras ella calmaba sus desesperos y estrés metiéndose sustancias nocivas y consumiendo alcohol a montones. 

Tenia el contacto de un conocido que no dudaba en llevarle un poco de todo a cambio de una enorme cantidad de dinero, que no tenia problemas en dar. Habia llegado al grado de entregarlo todo con tal de consumir cualquier tipo de droga que pudiese tocar, así no tuviese alguna cerca, se las ingeniaba para crear las suyas y quedar inconsciente en el suelo de su pent-house en un tiempo récord.

A pesar de ya estar casada con una famosa compositora de nombre Soyeon y tener una hija en común con la misma, Yuqi no dejo sus malos hábitos y ni siquiera cuando ambas estaban presentes. Soyeon lloraba abrazando a su hija viendo como su esposa se convertía en un cadáver viviente ingiriendo sustancias desconocidas de aspecto dudoso ignorando totalmente que su salud física y mental estaban cayendo en picada a gran velocidad. Jeon estaba harta de la china, ya no era la misma persona de la que se habia enamorado tiempo atrás y el miedo de que llegue a usar las manos para tocarla de mala manera se habia ido formando hora tras hora, viéndose incapaz de poder dormir por las noches. Temiendo a que en cualquier segundo, Yuqi se aparezca queriendo tirar abajo la puerta de la habitación exigiendo algo. 

La pareja se la vivía gritándose 24/7. Todo el tiempo eran discusiones sin sentido por que las cosas no estaban yendo como Yuqi quería y las peleas que le provocaban dolores de cabeza pues era como si discutiera con la pared, la china no hacia nada por cambiar su estilo de vida. Es mas, dudaba que estuviera en sus cinco sentidos cada vez que le hablaba y le estaban sacando de quicio.

Soyeon era victima de quejas y criticas hacia su persona, le reclamaba por todo y culpaba de sus propios errores tratándola como una sirvienta mas. Estaba forzada a ir detrás de ella cuidándola como a un infante sin negarse a sus caprichos y estar disponible para ella en todo momento, de lo contrario la castigaría encerrándola en una pequeña alacena debajo de las escaleras a pasar la noche rodeada de telarañas y polvo, solo con una pequeña luz de un foco que colgaba de un desgastado cable. La pobre no podía tener una vida normal fuera de esa casa, su pobre hija no habia podido salir a ver el sol desde hace días por haber permanecido encerrada en su habitación ni aun estando rodeada de los mejores y mas caros juguetes que todo niño podría desear. A esa edad, no tenia idea de nada. En su inocencia, era solo un día como cualquier otro. Desgraciadamente.