Sept

393 34 4
                                    

Sobre aquel banco que se encontraba en un parque muy habitado por las personas que vivían cerca de allí, se encontraba Hanna

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sobre aquel banco que se encontraba en un parque muy habitado por las personas que vivían cerca de allí, se encontraba Hanna. Lloraba desconsoladamente mientras tenía sus codos apoyado en sus piernas.

Sus ojos estaban rojos debido a que llevaba varios rato llorando, y es que... como explicaba lo que sentía.

Su corazón dolia, tan solo recordarlo le dolía, recordar sus palabras, y la forma en la que le dice que amaba a su esposa dolía aún mas.

Las personas que pasaban por allí la veían con algo de lástima, pero eso a ella le importaba muy poco, lo único que deseaba con todas sus fuerzas es que su corazón dejara de doler.

Quería arrancar de su pecho los buenos momentos vividos con el pelinegro, quería ya no amarlo de la forma tan fuerte con la que lo hacía.

Se sentía una tonta, ella fue la única que amo y lucho con desespero por salvar una relación que comenzó mal.

Bien dicen; todo lo que mal comienza, mal acaba.

Sin más soltó un pesado suspiro mirando hacia la calle mientras los autos pasaban hacia la misma dirección. 

Tenia la mirada perdida, y sus ojos aguados, aún luchaba por no seguir llorando, no quería llorar más, pero era inevitable no hacerlo.

Con pocas ganas de caminar se puso de pie y cruzo la calle esperando que algún taxi pasara por allí.

Las autos pasaban y pasaban y ningún taxi había accedido a llevarla, allí se preguntaba que había de mal en ella, acaso parecía una persona de la calle.

—Jodida mierda —Suspiro resignada.

Tomo camino hacia quien sabe que lugar... Las luces rojas de aquel local iluminaban su rostro ya cansado, era un bar.

Que mejor que un trago para calmar el mal de amor.

Si bien no era lo mejor, necesitaba desahogarse.

Su amiga Lana no respondía su celular, lo cual significaba que seguramente estaba a punto de viajar hacia donde ella estaba.

Una vez dentro del lugar camino hasta la barra donde un hombre de cabello ondulado y oscuro le sonrió amablemente, para luego preguntarle que deseaba tomar.

La mujer de cabello castaño esperaba atenta su trago, luego de varios minutos el mismo joven que la atendió trajo su bebida, un licor que en su vida había probado, aquel joven mencionó que era delicioso, pero aún seguía siendo fuerte.

Doble vida || JJK (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora