take care • soobin

{ 13 } - penúltimo

2 semanas después.

—¡Mamá no llores! —Soobin se rió, y abrazó a la mujer adulta. Esta se sentía bastante emotiva, ya que había sido la única invitada a la pequeña boda entre su hijo y Yewon.

Tuvo la fortuna de conocerla, el día en que le dió sus poderes a su hijo, luego de dárselos a Minji. Sin duda, se le hacía la mujer perfecta para su hijo, y se lo hizo saber a ella.

—¿Cómo no quieres que llore? ¡Eres tan joven! Y a la vez tan maduro... Siempre has sido un muchacho centrado y serio —lloró desoladamente—... Te haz esforzado un montón, y mírate ahora... ¡Mi bebé ya es todo un hombre! —tomó sus mejillas, y las apachurró.

—¡Mamáaa!.

Mientras tanto, Minji estaba con su mamá siendo peinada en la habitación. El deseo más grande de la niña era ver a su mamá con un vestido de princesa. Y así fue. Yewon diseñó en su mente la imagen que quería darle a su niña, para que fuera la más perfecta hacia sus ojos. Verdaderamente, parecía una princesa.

Tocaron el timbre. Soobin fue de inmediatoa la puerta y la abrió. Quedó bastante impactado cuando vio a los dos policías que estaban ahí.

—¿Choi Soobin? —preguntó el primero, más adelante que el otro. El alto asintió— Fuimos soliitados a revisar su vivienda, se le está acusando de secuestro a la menor desaparecida, Choi Minji.

Yewon al escuchar eso, se puso nerviosa. Y ahora tenía que pensar en como salir de esto. ¿Habría acaso algun poder que pueda usar para que la niña escapara? ¿O fuera invisible?

Soobin tragó saliva. Un oficial cubrió la puerta, luego de que se cerrara, y el otro comenzó a inspeccionar la casa.

—Está en esa habitación —dijo el, moviendo su cabeza hacia la puerta que estaba detrás de la sala.

El policía caminó hacia la puerta, pero esta tenía candado.

—¡¿SOOBIN QUE MIERDA TE PASA?! —gritó feralmente la fantasma. Minji se asustó, y comenzó a llorar, pero sabía que aquello empeoraría la situación— ¡NO LLORES! —volteó a verla— ¡QUÉDATE CALLADA!

—¿Minji estás ahí? —preguntó el oficial— Si estás ahí, por favor retira el candado. No te haremos nada. Venimos a ayudarte.

Yewon no pudo evitar llorar, y con esto su hija lloró igual.

—¡¿Por qué tuvo que pasar todo esto?! —la castaña se arrodilló. Resignada, con su mente quitó el candado y el oficial abrió la puerta.

Vió a la niña sollozar, como si estuviera abrazando a alguien que no estaba ahí. Lo cierto es que estaba buscando consolar a su mamá.

—Choi Soobin, queda arrestado por secuestro infantil —el oficial que cuidaba la puerta fue hacia él y lo esposó.

—Hijo, tu no hiciste nada —la señora Choi lo vió y no pudo evitar soltar lágrimas de dolor al igual que resto.

—Lo siento mucho mamá —a él se le cortó su voz, y se lo llevaron.

El policía que estaba con Minji la cargó, y se la llevó en dirección contraria a donde se llevaban al muchacho.

Yewon corrió por el pasillo hacia donde se llevaban a Soobin. Desesperada para ver que podía hacer para liberarlo. Para ella, él no merecía nada de esto. Al contrario, se había comportado demasiado bien. Se sentía con toda la culpa del mundo, como si le hubiera arruinado la vida.

—¡Soobin! —exclamó cuando finalmente llegó a donde estaba él, a unos metros de entrar a la patrulla— ¡Te sacaré de aquí! ¡No me importa que alguien muera pero-!