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ㅤㅤDIA 10: Tarde del 22 de agosto del 2022. 16:50 P.M.

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Desde la vez que Nahoya fue a su casa no tuvo valor para mirarla, y pareciera a que ella tampoco ya que en su sentido parecía como si ambos estuvieran escondiéndose uno del otro.

Una vez más ahí estaba en el baño de hombres en espera de que pasara algún tiempo ya que, si no estaba loco, creyó haber escuchado la voz de la gemela a las afueras de ahí.

Permanecía recargado en el lavamanos, mientras se arremangaba y trataba de mantener la calma pero ¡Es que no podía seguir así! Él tenía muchas ganas de hablar con ella, además de que no iba a dejar sin cobrar lo sucedido aquella tarde-noche, aún por más vergonzoso que se le hacía recordarlo.

Tras terminar de arremangarse, tomó el valor para asomarse un poco de entre la puerta en búsqueda de que Nahoya no estuviera ahí. Apenas y sus ojos se pudieron notar del otro lado, mismos que fueron de un lado a otro en modo inspección, asegurándose de que ni una sola hebra de cabello naranja se mostrara ante su presencia.

Al final no notó nada, estaba a salvo de ser descubierto saliendo de esta manera de aquél lugar y dirigiéndose hacia el salón de clases donde había dejado sus cosas. El instituto se encontraba casi solitario, la mayoría de los alumnos había acabado con sus clases, y sólo algunos eran los que quedaban ahí para poder realizar sus actividades del club.

Tras colgarse la mochila en el hombro izquierdo, el de trenzas salió directo a la salida, pero aquello fue detenido en seco en el momento en que sus ojos se encontraron con los de la gemela, misma que se quedó quieta en el preciso momento que también era descubierta por el mayor.

Ran tenía dos opciones: huír o hacerle frente. Su mente analizaba con cuidado cualquiera de las dos cosas en búsqueda de una decisión sincera y con resultados, y tras algunos segundos de meditar se decidió: ya era el momento de hablar con ella.

Apenas iba a dirigirle la palabras cuando de la nada la chica dió media vuelta y caminó a prisa. Ran estaba dispuesto a hablar con ella si o si, por lo que sin dificultad fue tras ella a paso rápido y largo, alcanzándola tan pronto como fue posible. Sabía que di hacía algo en falso corria el peligro de recibir alguna patada o golpe de la de hebras melones; pero estaba dispuesto a llegar a casa con tantos moretones fueran necesarios para hacerla escuchar y verle.

Sin titubeo alguno jaló a esta de la muñeca de la forma más delicada y cortés posible, cosa que fue renegada por la chica al arrebatarle su propia mano.

─ Tenemos que hablar. ─

─ No gracias. ─ Respondió la fémina.

Aquella negativa no era aceptable para el Haitani. Miró que estaban próximos a llegar a las aulas de juntas del consejo, lugar que sabía que estaría vacío al ser parte de los jefes de aula ya que ahí solían reunirse en múltiples ocasiones para platicar sobre los problemas de cada grupo.

Sin pedir permiso a la chica simplemente la jaló al aula, y una vez ambos adentro cerró la misma. Nahoya no estaba de humor, tras ese movimiento se podía notar como una de las venas de su sien resaltaba de su rostro ante el enojo, cruzándose de brazos a la altura del pecho y sin mirar al joven.

El silencio se hizo presente, Ran se perdió un momento en lo que acababa de hacer pero fue la voz de Nahoya la que lo regresó al presente.

─ No me hagas golpearte, déjame ir de aquí. ─

Ran sabía que esa amenaza iba muy enserio. Aunque la chica le dejara algún moretón (o moretones) no iba a dejar escapar aquello que le costó tanto esfuerzo en tener valor para hacerlo.

Blow Your Heart. © 〔❛ HaitanixKawata's Fem! ❜〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora