(⁠◡⁠ ⁠ω⁠ ⁠◡⁠)

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ㅤㅤDÍA 11: Tarde del 26 de agosto del 2022. 16:20 P.M.

Tal y como había prometido Rindō, estaba esperando a Souya a que terminara con su hora de estudio. Él ya había finalizado unos cuantos minutos antes, pero encontrándose con la chica en la biblioteca fue esta la que le pidió un poco más de tiempo para terminar con un asunto importante que no podía dejar a medias.

Ya que no tenía nada que hacer se encontraba sentado al frente de la mesa en la que la gemela terminaba de pasar algunos apuntes. Con uno de sus brazos estirado sobre la madera del objeto, mantenía su mejilla en este mirando con atención cada una de las acciones de la peliazul. Algo de sueño comenzaba a entrarle al quedarse tan quieto y fijo, pero no caería en esa trampa; sería muy grosero de su parte quedarse a dormir así sin más.

Pestañeaba algunas veces como señal de que seguía con vida. Su respiración se mantenía en calma en comparación de otras veces que tenía a la peliazul tan cerca: quizá se estaba acostumbrando ya a su presencia y eso le hacía muy feliz.

La Kawata se miraba muy centrada, ni siquiera parecía importarle tener aquella mirada tan clavada del chico, solamente seguía con los orbes las letras del libro y esos mismos orbes los devolvía a la libreta, en específico a la punta del boligrafo que se encargaba de traspasar todo lo que leía y escogía.

Nunca había visto a Rindō tan centrado en algo, y claramente sería tonta si no supiera desde hace un tiempo ya el tipo de sentimientos que el de cabellos rubios tenía por ella, pero ella aún quería ir un poco lento y disfrutar todo el proceso; después de todo era la primera vez que le gustaba alguien de una forma muy real y sincera.

Acabó de anotar todo, volteando a mirar a Rindō una vez más percatándose que se había quedado dormido. Elevó unos segundos ambas cejas; qué remedio. Apartó su libreta junto con el libro y se recostó sobre brazos propios que cruzó encima de la mesa. Ahí, se mantuvo cerquita del rostro de Rindō, escuchando la suave respiración que este tenía y el rostro tan pacifico que podía mostrar a pesar de que era un chico con una energía increíble.

Un poco dudosa de su decisión,pero intrigada ante el tipo de respuesta que obtendría, extendió un poco su dedo índice para chocarlo suavemente en la frente ajena en un pequeño 'boop'. Aquello fue suficiente para que el Haitani despertara, mirando en primera cuenta los orbes profundamente azules de la gemela.

─ Quiero mi cita. ─ Le susurro suavecito la fémina, haciendo que este se incorporara de inmediato y un rubor le cubriese los pómulos.

─ ¡L-Lo lamento! ¿Terminaste? ─

─ Si, podemos irnos si quieres. ─

Rindō asintió un par de veces, saliendo del lugar junto con Souya hacia los casilleros donde solían guardar su calzado de calle. Una vez ambos terminaron se detuvieron un segundo a un costado de la entrada del instituto.

─ ¿Te gustan las hamburguesas? Hay un lugar que hace unas increíbles. ─

─ ¿De verdad? Me gustaría conocerlo si es así. ─ Habló la Kawata, emprendiendo camino al lugar indicada.

Su caminata fue tranquila, ambos llevaban las manos a un costado pero ni Souya y mucho menos Rindō tuvieron el valor de intentar algo más. Rindō tenía sus razones, una de las cuales era que no quería incomodar a la peliazul. En tanto con Souya había decidido no intentar nada, esto debido a su inexperiencia y a su temor a incomodar al chico.

Algunas cuadras más adelante se pudo divisar el pequeño restaurante de hamburguesas al que se había referido Rindō. Era una mezcla de restaurante familiar, cosa que los haría sentir un poco más cómodos al no haber algo más allá que los interrumpiera y que, a la vista de ambos, ayudaría a que platicaran mejor.

Blow Your Heart. © 〔❛ HaitanixKawata's Fem! ❜〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora